“Los ríos siempre buscan su cauce”, sostienen nuestros mayores y al parecer en gran parte del camino de la Ruta Provincial nº3, al quedar abandonado, fue apoderada por los ríos que se impusieron en la traza. Por ende, su transitabilidad primero era difícil, luego una odisea y finalmente se volvió intransitable. Por 50 años fue un lamento de las sociedades de Tinogasta y Belén.
El camino de los pueblos originarios, el paso de los conquistadores y la época del transporte de pasajeros en Empresa Gallo, quedó atrás y cuando todo parecía indicar que seguiría la muerte de este gran camino, el Gobierno decidió que el renacimiento de La Cuesta de Zapata se haga realidad.
Primero, cuando los trabajos del renacimiento dieron comienzo, los vecinos observaban incrédulos. Al pasar el tiempo, este camino de los 25 badenes del lado tinogasteño y un poco más del doble del lado belicho, se fue transformando en una esperanza y un sueño que por fin empieza a concretarse.
Esta Ruta Provincial nº3 formó parte de la emblemática Ruta Nacional 40, hasta que decisiones incorrectas la dejaron de lado, transformando a la Cuesta de Zapata en un camino abandonado al que nunca se olvidó.
En una recorrida de control de obras, los jefes tinogasteños de Vialidad Provincial, Néstor Lobo y Rogelio Alaniz, permitieron tomar estas fotografías del renacimiento del camino.