“El presidente de la Nación amenazó con intervenir la provincia y pretendió echar al gobernador por las redes sociales. Parece irreal, parece una distopía tragicómica, pero es lo que sucedió hace unos pocos días. Tal como ocurrió también hace poco con una criptomoneda, el Presidente ahora dice que no quiso decir lo que dijo, peor, que lo dijo, pero que no estaba interiorizado en el tema. No sé qué es peor, si haber realizado la amenaza, o hacerla, y luego recular. No se puede, Presidente, ser impune, cínico, e irresponsable. Le toma el pelo a toda la provincia y a todo el pueblo con un tema tan grave, delicado y cargado de historia como una intervención federal”, dijo, en el arranque de su discurso.
Subrayó que elz ataque de Milei es “contra la Provincia de Buenos Aires, contra la democracia, contra esta Legislatura, contra la Constitución y muy especialmente contra el federalismo” y que “lamentablemente no descarga esa furia antifederal, antidemocrática únicamente contra el peronismo o contra la provincia de Buenos Aires” sino que “cualquiera puede ser víctima de esas agresiones y de sus erupciones de autoritarismo”. “Cualquiera —prosiguió— menos los millonarios extranjeros, el presidente de Estados Unidos [Donald Trump], porque en la Argentina de Milei los únicos privilegiados son los millonarios y los estafadores”.
“La agresión a la provincia de Buenos Aires, que alcanzó su expresión más absurda y a la vez peligrosa en una amenaza de intervención, forma parte de una estrategia sistemática de ataque y vandalismo y a los gobiernos provinciales elegidos por su pueblo. Ya lo vimos en ataques a Chubut, Santa Fe, La Rioja, Formosa, Río Negro, Tierra del Fuego, La Pampa y con cualquier gobernador que ose defender los intereses de su provincia. Ahora bien, el Presidente parece olvidar algo fundamental: él gobierna la Nación, pero no gobierna las provincias. Los gobernadores no somos empleados del Presidente. Representamos a nuestro pueblo y tenemos la obligación de defender sus derechos e intereses”, dijo Kicillof.
El mandatario dijo que “la Provincia de Buenos Aires no se somete a amenazas ni a extorsiones” y que no va a “permitir que el destino de los bonaerenses quede librado de la improvisación, la prepotencia o el resentimiento que no respeta a la democracia”.
“Contra la deserción del Estado nacional y la exaltación del egoísmo, la Provincia de Buenos Aires ratifica su compromiso con el federalismo y con la democracia y con la Constitución. Vamos a seguir trabajando con todas las provincias, independientemente del signo político de quien gobierne, como hemos hecho con Chubut, Corrientes, Río Negro, La Pampa, Santa Fe. Esa es nuestra manera de honrar la solidaridad, la justicia social y los principios que nos unen como pueblo”.
Un mensaje en clave político-electoral
Así como el viernes pasado, en una conferencia de prensa que brindó para rechazar el pedido de intervención federal, dijo que “va a hacer falta la unidad para defender la democracia”, este miércoles en la Legislatura volvió a lanzar un mensaje que puede ser leído en clave político-electoral: “Vamos a seguir trabajando con todas las provincias, independientemente del signo político de quien gobierne, como hemos hecho con Chubut, Corrientes, Río Negro, La Pampa, Santa Fe. Esa es nuestra manera de honrar la solidaridad, la justicia social y los principios que nos unen como pueblo”, dijo.
De inmediato, se dedicó a “caracterizar muy brevemente la política económica” de la gestión de La Libertad Avanza, y lo que llamó “sus verdaderas consecuencias para esta provincia, para sus distritos y para su pueblo”. “La falsificación no es nueva. Viene desde la campaña electoral, cuando sostuvo que el ajuste y la motosierra no eran para todos sino para un pequeño grupo al que denominó la casta. Como en otros planos, se trató de un engaño. Dijimos entonces, premonitoriamente, una estafa electoral. Lo cierto es que a esta altura a nadie se le escapa que se trata de un programa económico que nada tiene de austríaco, de anarcocapitalista o de liberal libertario. El plan económico de Milei, como varios planos neoliberales en nuestra historia, en particular la tablita de [José Alfredo] Martínez de Hoz (ministro de Economía de la dictadura), la Convertibilidad de [Domingo] Cavallo o los primeros años de [Mauricio] Macri, está compuesto por unos pocos elementos: planchar el dólar, planchar los salarios, ajustar fuertemente el presupuesto, aplicar tarifazos e implementar una apertura importadora y una de regulación económica. El resultado es siempre el mismo: con el dólar quieto, reprimiendo los salarios y las jubilaciones, la inflación se reduce, pero a costa de liquidar la demanda y el mercado interno, primero, y la producción y el empleo después”, dijo Kicillof.
El gobernador, que es economista y se desempeñó como ministro de Economía en la última parte de la segunda presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, remarcó que “desde que llegó Milei, el salario mínimo cayó un 30% con respecto a noviembre del año 23; el índice salarial del Indec, un -14%; la jubilación mínima se desplomó un 22% y la jubilación media, un 12%”, y sostuvo que “son derrumbes para el que estudia, para el que conoce, para el que investiga, que tienen pocos antecedentes históricos en materia de ingresos populares, de jubilados, de trabajadores”.
“Esta fuerte caída hizo que a su vez se desplomara el consumo. Doy datos: la venta en los supermercados cayó un 11%, la de los minoristas un 15%. Mientras en la imaginación del Presidente todo anda bien y todo crece, en la realidad tenemos los peores niveles de consumo de carne, de leche y de yerba en décadas, a veces de toda la serie o en 100 años. Claro está: si no hay consumo no hay ventas y, por lo tanto, se destruyen la producción y el empleo”, dijo.Indicó, además, que el estimador de actividad económica de la Provincia “registró una caída de 4,4% en los primeros 13 meses de Milei”. “Si se quita la recuperación del sector agropecuario, después de la sequía del año anterior (2023), la caída [en 2024] es del 6,8%. De nuevo, no hay muchos episodios históricos de esta caída en la producción. Y, mientras, la industria se desploma un 10% y la construcción, un 27%. Como consecuencia de esta política económica se perdieron miles y miles de fuentes de trabajo: 170.000 empleos formales registrados fueron destruidos. Si se incluyen los informales, llegamos a 230.000 empleos pulverizados, un cuarto de un millón de empleos destruidos por Milei. Hay 207.000 nuevos desocupados en todo el país y este es el dato que quería compartir con ustedes: de esos 207.000, 8 de cada 10 nuevos desempleados son bonaerenses. ¿Cómo no va a reaccionar ante esta injusticia la provincia de Buenos Aires?”, planteó.
Respecto del ajuste dispuesto por el Gobierno nacional, Kicillof dijo que “claramente no fue para la casta” sino que “es al revés” de como señalan los funcionarios libertarios: “el 81% del ajuste lo explican jubilaciones y pensiones, prestaciones sociales, la obra pública, las tarifas de energía y el boleto de transporte, las provincias y las universidades”. “No hay casta en ninguno de esos grupos. Ahí, sobre estos sectores es que descargó el ajuste de Milei”. También cuestionó la falta de inversiones pese a los declamados incentivos para atraerlas.
El gobernador peronista también cuestionó el endeudamiento dispuesto por el ministro Caputo como una “estafa piramidal” que beneficia a unos pocos y perjudica al pueblo. Denunció el ahogo financiero a las provincias y la apropiación ilegal de fondos, acusando al Gobierno nacional de buscar “fundirlas” como represalia política.
Detalló que Buenos Aires sufre un recorte de $9,4 billones en recursos adeudados y presentó denuncias ante la Corte Suprema. También cuestionó el equilibrio fiscal de Milei, logrado a costa del ajuste social, con recortes en educación, salud y transporte. Lo acusó de promover un “Estado desertor” que abandona sus funciones esenciales, afectando la seguridad y el desarrollo del país.
Kicillof enfatizó que el gobierno de Milei no solo tiene un Estado deficiente sino un “Estado que se borra”, lo que se traduce en aumentos desmedidos en el transporte, la energía y los medicamentos, menor inversión en salarios docentes, cloacas, vivienda y rutas, y menos recursos para seguridad. Señaló que el Gobierno nacional se retiró de sus funciones esenciales y promueve una transferencia de riqueza del trabajo y la producción hacia la especulación y el capital extranjero.
“Mejor que tuitear es realizar”
Kicillof también se refirió al asesinato de Kim Gómez, una niña de 7 años, en un hecho delictivo perpetrado en La Plata, y dijo que observó con indignación cómo algunos dirigentes políticos utilizaban la tragedia con fines electorales. “Caranchos” fue el término que utilizó para referirse a aquellos que buscan sacar provecho del dolor ajeno, según dijo, y los de “alimentarse” de las desgracias para obtener réditos electorales.
También hizo hincapié en la desconexión entre la administración nacional y provincial en temas cruciales como la lucha contra el narcotráfico y la seguridad. Según el gobernador, la responsabilidad del narcotráfico recae en el gobierno nacional (ya había dicho el viernes pasado que “Milei es el principal responsable del narcotráfico” en la Argentina), dado que la droga que llega a los barrios bonaerenses debe atravesar miles de kilómetros y fronteras bajo la jurisdicción de la Nación.
Aseguró al respecto que, a pesar de las múltiples solicitudes de reunión, el Presidente prefirió ignorar sus llamados y no mostró voluntad de trabajar de manera conjunta. Uno de los puntos más álgidos de la declaración de Kicillof fue la acusación sobre el recorte de fondos destinados a la seguridad de la provincia. “Nos sacaron $750.000 millones”, dijo, en alusión a fondos destinados a mejorar las condiciones de seguridad, recursos que podrían haberse traducido en la adquisición de patrulleros nuevos y cámaras de seguridad para los municipios. Kicillof explicó que, a pesar de haber llevado este reclamo hasta la Corte Suprema, no hubo avances en la restitución de esos fondos.
El gobernador también aprovechó la oportunidad para refutar las afirmaciones del presidente y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, sobre la disminución de homicidios a nivel nacional. Según Kicillof, que gobierna la Provincia de Buenos Aires desde 2019, si bien a nivel global los homicidios pueden haber descendido, la realidad en el distrito es otra. A pesar de las dificultades, señaló que la tasa de homicidios cayó más de un 20% en los últimos años, y que en enero de 2024 se registró una reducción del 10% en comparación con el mismo mes del año pasado. Esta caída, según él, es un reflejo de las políticas implementadas a nivel provincial.
A lo largo de su discurso, Kicillof enfatizó la diferencia entre las acciones concretas y el discurso vacío. Mientras que el Gobierno nacional parece centrarse más en las declaraciones y en la política de “tuits”, el gobernador bonaerense asegura que la provincia está trabajando de manera constante para mejorar la seguridad, a pesar de las adversidades y de la falta de apoyo federal. “Mejor que tuitear es realizar”, dijo, parafraseando al expresidente Juan Domingo Perón, cuya frase original es “mejor que decir es hacer y mejor que prometer es realizar”.