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En un lamentable episodio de inseguridad, un vecino de apellido Olima de 90 años de edad, domiciliado en calle Ezequiel Soria, a tan solo una cuadra de la Comisaría Cuarta, fue víctima de un robo que lo dejó sin sus ahorros.
El hecho ocurrió cuando el hombre, quien tenía unos caños de cobre y unos pedazos de hierro en el fondo de su vivienda, invitó a ingresar a unos sujetos que se identificaron como compradores de chatarras. Los individuos se movilizaban en una camioneta Ford de color roja, equipada con una bocina de propalación con la que publicitaban sus servicios, ofreciendo dinero o incluso sandías a cambio de los materiales.
Mientras los supuestos compradores inspeccionaban los materiales, habrían aprovechado un descuido de la víctima para ingresar al interior de la casa y sustraer una suma considerable de dinero, que representaba los ahorros de toda su vida.
La policía, tras recibir la denuncia, informó que no sería difícil dar con estos sujetos, ya que se trataría de dos camionetas que están individualizadas y que suelen realizar este tipo de actividades en el ejido municipal. Las autoridades se mostraron optimistas sobre la posibilidad de recuperar tanto los elementos sustraídos como los ahorros del anciano, aunque hasta el momento no se han reportado avances concretos.
Vecinos de la zona manifestaron su indignación y preocupación por lo sucedido, especialmente considerando la cercanía con la comisaría, que no logró prevenir el hecho. “Es indignante que puedan ocurrir estos actos y más aún a personas mayores, que son las más vulnerables”, expresó una residente del barrio.
Este incidente pone nuevamente en evidencia la creciente inseguridad en la zona alta de la capital y subraya la necesidad de medidas más efectivas para proteger a los ciudadanos, especialmente a los adultos mayores, quienes son los más propensos a caer víctimas de este tipo de delitos.
