jueves 13 de febrero de 2025
Editorial

Riesgo de desgaste

La legitimidad de origen de Javier Milei como presidente de la Nación es incuestionable. Obtuvo más del 56% de los votos en un balotaje transparente e inobjetable. La fácil determinación de esa legitimidad se contrapone, sin embargo, con la complejidad que deriva del mosaico de causas que motivaron la decisión electoral.

¿Por qué ganó Milei? Las respuestas son muchas. En algunos casos deben buscarse en la afinidad ideológica del votante con el espacio libertario. Pero hay también en el voto rupturista del clásico esquema bipolar de la política argentina un componente vinculado con la disconformidad respecto de los últimos gobiernos que tuvo la Argentina. Milei ganó por mérito de su propio discurso, pero también porque perdieron el peronismo y Juntos por el Cambio. Es decir, porque estas dos fuerzas políticas recibieron un voto castigo.

El actual presidente da por sentado que el aval que obtuvo en las urnas lo autoriza a dar una batalla cultural afín a su cosmovisión, pero en ese empeño avanza contra principios fuertemente arraigados en la idiosincrasia nacional. La mayoría de los argentinos que concurrieron a las urnas quería un cambio, tal vez un nuevo modelo de gestión de la economía si le garantizaba un bienestar que no ha llegado, pero no necesariamente una transformación abrupta de la escala de valores y creencias en sintonía con la filosofía de la ultraderecha.

Se han elaborado a lo largo del último año diversos estudios respecto de qué piensan los argentinos sobre temas estratégicos para el rumbo nacional, como el rol del Estado o la inclusión de derechos, muchos de ellos con rango constitucional o establecidos por ley del Congreso. Y muestran que una mayoría de los encuestados realizan valoraciones que van a contramano de la visión de Milei y quienes lo acompañan, con mayor o menor convicción, en su cruzada anarcocapitalista y libertaria.

El último de esos estudios publicados que muestra esta discordancia se denomina Tecnofeudalismo vs. Democracia y fue elaborado por la consultora Zuban Córdoba. Un 67,8% de las personas encuestadas cree que el Estado debería garantizar la igualdad de oportunidades de los ciudadanos, contra apenas un 29,2% que considera, como sostiene Milei, que el Estado no debería intervenir en la libre competencia. Lo más llamativo es que un 43% de los votantes de Milei valoran el rol del Estado como regulador de la economía.

El 59,4% rechaza una reforma laboral, que es una de las banderas libertarias, y el 58,9% está en contra del retorno de las AFJP, como propicia el gobierno nacional.

Finalmente, el estudio indaga respecto de la opinión que los argentinos tienen de los multimillonarios del mundo y el más valorado es Bill Gates, cuya filosofía no es para nada coincidente con la visión de la extrema derecha, con un 61% de aprobación. Elon Musk y Donald Trump, admirados por el Presidente, tienen más imagen negativa que positiva entre los argentinos.

Los que ganan elecciones deberían esforzarse más en interpretar las razones de los votos que los catapultaron al poder. Porque un análisis incorrecto de las motivaciones electorales puede provocar un desgaste anticipado del capital político alcanzado.n

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