jueves 17 de octubre de 2024
Análisis

La amenaza de romper el balance del ciclo del agua

Por Rodolfo Schweizer- Especial para El Ancasti – Octubre 2024

Como si las condiciones extremas del clima no fueran suficientes para hacer la vida difícil a todos, acaba de publicarse en CNN Internacional este jueves 17 de octubre una noticia que informa que, por primera vez en la historia de la humanidad, se ha alterado el balance del ciclo planetario del agua, con lo cual se pone en peligro la producción de alimentos a nivel mundial.

Las razones son explicadas por Johan Rockström, co-director de la Global Commission on the Economicsof Water, en su artículo “Las lluvias, fuente de toda el agua potable y en la cual ya no podemos confiarnos más” (en inglés “Precipitation, thesourceofallfreshwater, can no longer be reliedupon.”). La Global Commission on the Economicsof Water es una organización internacional de expertos y líderes mundiales.

Según su informe, la conducta humana frente a la naturaleza ha alterado el ciclo cerrado en que se mueve el agua, ciclo en el cual el agua sube hacia la atmosfera como humedad a partir de la evaporación de lagos, ríos y plantas, para luego viajar en forma de nubes y al final enfriarse , condensarse y eventualmente caer de vuelta a la tierra en forma de lluvia o nieve en otros lugares del planeta. Pues bien, a ese ciclo natural la humanidad lo está destruyendo con sus actividades económicas.

Las consecuencias de esta alteración, son amenazantes: cerca de 3.000 millones de personas ya están sufriendo la escasez de agua, las cosechas van decayendo y las ciudades se estén hundiendo, debido a que las napas de agua se van secando. (Un documental sobre la ciudad de Jakarta, capital de Indonesia, muestra este fenómeno en pleno desarrollo hoy en día, mientras el estado de Oklahoma y en parte Pennsylvania también lo muestran como efecto del fracking para sacar gas y petróleo. Que Neuquén no diga en el futuro que no lo sabían).

La crisis del agua amenaza al 50% de la producción mundial de alimentos y amenaza afectar negativamente en un 8% el PBI mundial para el 2050. Como es de imaginar, los más afectados serán los países poco desarrollados. Según el reporte, una persona necesita tener disponibles, realmente, unos 4.000 litros de agua por día para tener una vida digna, obviamente mucho más que los 50 a 100 litros por persona que las Naciones Unidas define como necesaria para cubrir las mínimas necesidades. (En Catamarca los tanques arriba del techo andan en los 500 litros por familia!).

Una de las causas directas de este deterioro es la desconsideración social y, por ende, de los gobiernos, del rol que juegan los árboles, el monte y los bosques. Las plantas son uno de los agentes naturales que liberan vapor hacia la atmósfera, generando el 50% de la lluvia que recibimos. Si no llueve, la flora y la vegetación desaparecen, con lo cual la capacidad de absorción del anhidrido carbónico, el gas que produce el calentamiento global, también baja, lo cual a su vez hace aumentar la temperatura del suelo que luego mata a la planta que produce el vapor de agua que luego se transforma en lluvia al subir a la atmósfera. Las consecuencias están a la vista: los incendios en las sierras de Córdoba o que el Paraná se seque casi, no vienen de la nada ni del cielo, sino de la desidia humana frente a la naturaleza. El individuo que luego tira el fósforo simplemente da rienda suelta a su instinto usando una naturaleza ya muerta de antemano, fruto de nuestros comportamientos.

La justeza del reporte es reconocida por expertos internacionales como Richard Allan, profesor de ciencias climáticas de la Reading University de Inglaterra, que enfatiza que “las actividades humanas están alterando el entramado del suelo con el aire, lo cual está calentando el clima, intensificando las inundaciones y las sequias”. Reclama que “los gobiernos del mundo reconozcan al agua como un ‘bien común’ que debe ser atendido colectivamente”, porque los “países son mutualmente dependiente no solamente porque compartan algunos lagos y ríos en sus fronteras, sino porque el agua va más allá, al viajar por la atmosfera largas distancias. Esto hace que las decisiones tomadas en un país puedan alterar los ciclos de lluvia en otros”.

Como dice Ngoci Okonio director general de la Organización Mundial del Comercio “se debe reconsiderar qué rol juega el agua en la economía”, incluso “aumentando su precio para dejar de fomentar la siembra de cultivos que reclaman mucha agua de riego y la construcción de inmensos centros de datos en regiones estresadas por la falta de agua”.

Un buen recordatorio para los gobiernos y para quienes deforestan la Amazonia o nuestras pampas para hacerse ricos a bordo de cultivos oportunistas o desertifican la puna cordillerana afectando napas y secando ríos y lagunas en nombre de riquezas mineras transitorias, que nunca, históricamente, aseguraron la prosperidad definitiva de ninguna nación.

Fuente: (https://edition.cnn.com/2024/10/16/climate/global-water-cycle-off-balance-food-production/index.html)

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