Un informe conocido recientemente corrobora los graves problemas de alimentación existentes en el mundo, con particular atención en la región de América Latina y el Caribe. Los datos contenidos en el estudio vinculan a la obesidad y al hambre como dos problemas derivados de la malnutrición.
El informe, elaborado por la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), indica que la obesidad en la población adulta mundial prácticamente se duplicó en lo que va del siglo, pasando del 8,7% del año 2000 al 15,8% de 2022. En los últimos 50 años, las cifras se triplicaron. América Latina y el Caribe, junto con Oceanía, son las regiones donde se registra con más nitidez este fenómeno.
El sobrepeso y la obesidad son responsables de aproximadamente casi 3 millones de muertes por enfermedades no transmisibles por año en las Américas.
El trabajo señala también que el 6,5% de la población de América Latina y el Caribe sufre hambre, es decir, 43,2 millones de personas.
Las cifras son de tal envergadura que será imposible con el objetivo 2 de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que propone para ese año “poner fin al hambre, lograr la seguridad alimentaria y la mejora de la nutrición y promover la agricultura sostenible. De aquí a 2030, poner fin a todas las formas de malnutrición, incluso logrando, a más tardar en 2025, las metas convenidas internacionalmente sobre el retraso del crecimiento y la emaciación de los niños menores de 5 años, y abordar las necesidades de nutrición de las adolescentes, las mujeres embarazadas y lactantes y las personas de edad”.
“Las cifras de hambre en nuestra región continúan siendo preocupantes. Vemos como cada vez nos alejamos más del cumplimiento de la agenda 2030 y no logramos mejorar aún las cifras previas a la crisis desatada por la pandemia de COVID-19. Nuestra región tiene desafíos persistentes como la desigualdad, la pobreza y el cambio climático, que han revertido al menos en 13 años el progreso en la lucha contra el hambre. Este escenario nos obliga a trabajar de manera conjunta y actuar cuanto antes”, aseguró Mario Lubetkin, subdirector general y representante regional de FAO para América Latina y el Caribe.
Tanto la obesidad como el hambre son emergentes de la malnutrición y por lo tanto requieren de abordajes de forma integral. Como señala Garry Conille, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, “la desnutrición y el sobrepeso infantil son dos caras de la misma moneda. El sobrepeso infantil ha incrementado de manera alarmante en las últimas dos décadas, amenazando la salud y el bienestar de la niñez. A su vez, la desnutrición infantil prevalece en la región, afectando mayormente a poblaciones indignas, afrodescendientes y rurales. Desde UNICEF, hacemos un llamado a que los países impulsen políticas de salud pública que protejan el derecho a la nutrición de la niñez, asegurando su acceso a alimentos nutritivos y servicios y prácticas adecuadas”.