Entre las noticias más importantes del momento, la realización de la conferencia de Naciones Unidas sobre el clima (COP29) en la ciudad de Bakú, capital de Azerbaijan, un pais entre Rusia e Irán, ocupa los grandes titulares de los medios. Entre 40.000 y 50.000 participantes de todos los paises del mundo asisten al evento entre el 11 y el 22 de noviembre. El término COP viene de “Conference of Parties” (COP) (Conferencia de Países), las 200 naciones que participaron en la primera conferencia allá por 1992 y de lo cual esta reunión es la número 29.
El tema central de la conferencia es cómo impedir que la temperatura media del planeta siga aumentando y no pase de los 1,5 grados en relacion a la que se midió por primera vez allá por 1880. Los científicos advierten que, de pasarse de este valor, “se exederá la habilidad de los humanos y el mundo natural para adaptarse, lo cual potencialmente puede desatar efectos climaticos devastadores”. Hoy se estima que ese límite al aumento de la temperatura se superará en 6 años, o sea para 2030.
La conferencia se enfrenta, naturalmente, a los problemas propios que la convocan, pero también a algunas contradicciones. Entre estas. el lugar elegido para el encuentro. En efecto, que se lo haga en un país como Azrbaijan, uno de los mayors productores de petroleo de Asia, cuyo presidente declaró hace pocos días que los combustibles fósiles eran un regalo de Dios que había que aprovechar, puso en contradicción el objetivo de la conferencia con el del país anfitrión. Esto sin contar que las autoridades locales están usando el encuentro para promocionar inversiones en su país.
Tampoco ayudó a la conferencia la ausencia de los líderes de los países más desarrollados del planeta, responsables por la mayor contribución de contaminantes al mismo. Nos referimos a Biden de EE./UU., Xi Jin Ping de China, Macron de Francia , Schulz de Alemania, Modi de la India y la Presidente de la Union Europea Ursula von der Leyen, que habla en nombre de Europa, o sea las máximas autoridades de lo paises más ricos del planeta.
Aquí se reconoce también que la situación futura de EE.UU. reviste un problema a futuro, dada la actitud anticlimática del nuevo presidente electo Trump. Se cree que EE.UU., bajo su administración, reniegue de los objetivos iniciales de los acuerdos de París.
Entre los temas normales a la conferencia, está la discusión de cómo ayudar a los países pobres para que hagan su parte en la reducción de los gases contaminantes. En 2015 se había fijado el objetivo de no pasar de los 1,5 grados C a futuro. Obviamente, los países pobres pidieron ayuda para poder enfrentar la adaptacion a la nueva situacion climática. Se prometió que para 2025 estaría solucionado el problema. Hoy los países de Africa y los países-islas, piden 1 trillon de dolares por año a partir de 2030.
Entre los problemas a corregir está el hecho de que se había arreglado que los paises “en vias de desarrollo” no aportaran nada. En base a esta premisa, tanto China así como los países árabes riquísimos del golfo pérsico, habían logrado ser considerados como países en tal categoría, lo que los acreditaba para no aportar nada. Se dice que cambiar esta situación absurda es parte del objetivo de la COP29.
Uno de los problemas a atender es qué hacer con ciertos países que se abstuvieron de contribuir con las metas de reducción de la polución, debido a su situación económica. La próxima prueba de este cumplimiento será en 2025, en los que se deberán mostrar los resultados de sus esfuerzos, para no entrar en conflicto con los que sí hicieron el esfuerzo. Nos preguntamos que suerte le espera a nuestro país a la luz de la esperanza puesta en Vaca Muerta.
Otro importante por su efecto es la continuidad de la deforestación y el mal uso de la tierra, que se traduce en mayor contaminación, exacerbada por las severas sequías y los incendios incontrolables. No hace falta recordar el desastre de hace poco en las sierras cordobesas.
Ahora bien, mal que nos pese, con o sin conferencias, el clima sigue haciendo de las suyas:
Este año, 2024, se está encaminando a ser el más caliente de la historia, segun informa el European Climate Service. Se estima que la producción de gases de invernadero para 2024 de origen en los combustibles fosiles será de 37.400.000.000 toneladas, un 0,8% más que en 2023. Pero, la polucion global y total va a llegar a 41.600.000.000 toneladas este año, cuando en 2023 fue de 40.600.000.000 toneladas
El aumento de la temperatura media del agua de los océanos ha alimentado dos huracanes catastróficos en EE.UU., el Helene y el Milton.
Hace pocos días, la combinacion de un frente frío llamado Dana, que rutinariamente viene del Atlantico Norte hacia España, se cruzó con una mayor evaporacion ocasional del Mar Mediterraneo por culpa del cambio climático, para producir la inundación que todos vimos en la tele y causó la muerte a 250 personas y otros tanto de desaparecidos.
Según el profesor Pierre Friedlingstein de la Universidad de Exeter, “los impactos de cambio climático son cada vez más dramáticos, pero todavía no hay signos de que hayan llegado a su máximo”.
Quizás sea bueno recordar que, como dice el profesor Joeri Rogelj del Imperial College London, “el cambio climático es un problema acumulativo. Esto quiere decir que por cada año de demora en tratar de reducir el cambio climático, cuando reaccionemos deberemos hacer el doble de esfuerzo para controlarlo. Por lo tanto, ahora es el momento de reaccionar y hacer algo, no mañana”.
En el corto plazo, lo que se espera de la conferencia es que los países moldeen su economía para reducir la producción de contribuyentes al calentamiento global. Esto pasa por apoyar el desarrollo de energías alternativas y por limitar nuestras esperanzas en fuentes de energia contaminantes. Esto suena ridículo ante un mundo que no se guía por principios racionales y morales frente a la explotación de la naturaleza, sobre todo si la naturaleza le proporcionó recursos naturales abundantes en algo que se necesita de momento. Sin embargo, esta visión deja de lado la consideracion de los gastos a futuro para corregir los efectos de las falsas esperanzas del pasado, en la poblacion y el medio ambiente. “El tiempo se está acabando” dice el profesor Frieslingstein.
Las tragedias del futuro se alimentan de los descuidos del presente.