Este fármaco destaca no solo por su eficacia, sino también por su novedoso mecanismo de acción. A diferencia de los medicamentos tradicionales que alteran las enzimas del VIH, este fármaco interactúa con las proteínas de la cápside, una estructura cónica que protege el ARN viral. La droga endurece la cápside, bloqueando su capacidad de ingresar al núcleo de la célula e impidiendo que el virus se reproduzca.
El doctor Marcelo Losso, que dirige actualmente la Unidad de Investigación de Enfermedades Emergentes del Hospital General de Agudos J. M. Ramos Mejía en Buenos Aires y fue uno de los encargados de llevar adelante los ensayos clínicos en Argentina, explicó la trascendencia de este avance científico como método de prevención del VIH.
“La revista Science ha destacado como el hallazgo científico del año, una droga llamada lenacapavir que sirve para detener las posibles infecciones del VIH, en una estrategia que conocemos hace algunos años y se la llama PrEP, que básicamente es prevenir el contagio de este virus antes de que ocurra. Si bien se viene utilizando en forma de comprimido diario, desde hace ya varios años, la actual es una estrategia problemática, ya que la toma diaria provoca poca adherencia y además tiene posibles efectos adversos mínimos”, precisó Losso, que es profesor de Farmacología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires (UBA).
“Ahora, esta nueva molécula, en lugar de tomarse por boca, se administra por vía subcutánea, por debajo de la piel y cada 6 meses. Los dos estudios científicos publicados, uno realizado en África subsahariana, y otro en varios países del mundo, incluida Argentina, probaron los comprimidos contra estas inyecciones cada 6 meses en varones que tienen sexo con hombres, personas no binarias y trans con resultados sorprendentes. En un estudio, ninguna mujer expuesta se contagió. Y en el segundo se infectaron 2 personas de 3300 individuos”, agregó Losso, que es director de la Coordinación de Investigación Clínica Académica en Latinoamérica (CICAL).
En cuanto a la aplicación, el experto indicó que se trata de una inyección muy finita, parecida a la que se usa cuando una persona se administra insulina. A diferencia de otros inoculantes, no se aplica en la vena ni es intramuscular como las vacunas. Fue pensada para que en un futuro las personas se puedan autoadministrar este fármaco.
El infectólogo Pedro Cahn, Director de la Fundación Huésped y referente mundial en las investigaciones de VIH, también habló con Infobae de este avance médico: “Es una droga con un nuevo mecanismo de acción inhibidor de la cápside o cubierta del virus. Para la PrEP, es decir, la profilaxis pre exposición ha demostrado ser sumamente exitoso, con comprimidos orales de tenofovir y o tenofovir y FTC”.
“Los estudios comparativos con la droga oral han sido muy superiores. En África no hubo ningún caso de una mujer que haya recibido el inyectable, que se haya infectado durante el periodo de observación contra unas pocas que se infectaron tomando el comprimido por vía oral”, remarcó el experto.
Y agregó: “Supongo que esa será la razón por la cual la revista Science lo puso como hallazgo científico del año. Es difícil de establecer si es el hallazgo científico del año, porque habría que comparar con muchos hallazgos de las ciencias básicas. Pero desde el punto de vista clínico, sin duda que es una gran novedad. Resta por saber cuál es la accesibilidad que vamos a tener, porque son drogas muy costosas. En principio, el laboratorio ha cedido la patente para los países de bajos recursos de África, algunos países de Asia y Centroamérica. Pero Argentina no califica dentro de los países que reciben esta medicación por ahora. Esperaremos hasta que se haga la presentación ante ANMAT para su aprobación y luego se verá cuál es el costo final. Pero sin duda que es una droga de muy alta eficacia en la prevención, como quedó demostrado en los estudios”.
Según destacó el doctor Losso, la molécula, por sus características químicas y su formulación, hace que la duración en el organismo sea muy prolongada. Eso ofrece administrarla con un intervalo de 6 meses. Y ya se está estudiando modificar la molécula para hacer solo una inyección anual.
“Para nosotros, un equipo de 25 personas entre médicos, enfermeros, farmacéuticos, psicólogos y otros, desde un hospital público como el Ramos Mejía, es un enorme orgullo estar involucrado en este tipo de estudios. Nuestro equipo está muy alegre de participar de estas iniciativas y desde ya agradecemos a los voluntarios por su valentía”, concluyó Losso.
Este enfoque representa un cambio de paradigma en la forma de abordar el VIH. En palabras de Linda-Gail Bekker, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Ciudad del Cabo, “tiene potencial, si lo hacemos bien, lo que significa que debemos hacerlo a lo grande y difundirlo”. El avance también abre la puerta a la posibilidad de utilizar inhibidores de la cápside para combatir otras enfermedades virales, ya que muchas infecciones comparten estructuras similares. Este descubrimiento es el resultado de décadas de investigación sobre la biología del VIH y la función de la cápside.
“No vemos datos como estos todos los días”, aseguró Mitchell Warren, director de AVAC, una organización sin fines de lucro que promueve la investigación en VIH y la prevención mediante PrEP. Este resultado coloca al lenacapavir como una de las herramientas más prometedoras para reducir las tasas globales de infección, especialmente en regiones donde las opciones actuales no han tenido el impacto esperado.
Aunque los resultados clínicos son prometedores, la adopción global de esta droga enfrenta obstáculos importantes. La aprobación regulatoria del medicamento como profilaxis previa a la exposición (PrEP) no se espera hasta 2025. Además, el precio aún no se anunció, y su costo podría determinar qué países y poblaciones podrán acceder a él.
De todas maneras, se han firmado acuerdos con seis empresas para producir versiones genéricas de bajo costo destinadas a 120 países en desarrollo, según dieron a conocer desde Gilead Sciences, fabricante del lenacapavir. Sin embargo, muchos países de ingresos medios, como el nuestro, podrían quedar fuera de estas iniciativas. En regiones con recursos limitados, otros factores como sistemas de salud sobrecargados, problemas de distribución y resistencia al uso de inyecciones podrían dificultar su adopción.
“El acceso, la distribución y, por supuesto, la demanda determinarán si este fármaco puede cumplir su potencial de reducir drásticamente las infecciones por VIH”, afirmó Jeanne Marrazzo, directora del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos.
Además, se suma a las herramientas de prevención que han transformado la lucha contra el VIH. Desde 2012, las píldoras de PrEP han ofrecido protección eficaz para quienes las toman regularmente. En ciudades como San Francisco, Sídney y Ámsterdam, se han reducido las nuevas infecciones a casi cero entre hombres que tienen relaciones sexuales con hombres. Sin embargo, el estigma, la dinámica de género y la falta de acceso han limitado su uso en muchas regiones de África, especialmente entre mujeres jóvenes.
En 2021, el cabotegravir marcó un avance al introducir una inyección que solo requiere administrarse cada dos meses. Pero su alto costo y la falta de interés en algunos mercados limitaron su impacto. Ahora, este fármaco podría superar estas barreras con una mayor duración de protección, y esta Pharma ya trabaja en una versión que podría ofrecer protección anual.
El futuro de la lucha contra el VIH
Aunque este medicamento representa un gran avance, no es una solución definitiva. Una vacuna sigue siendo la herramienta ideal para erradicar el VIH, ya que podría administrarse a toda la población, costar pocos dólares y ofrecer protección duradera con solo unas pocas dosis. “Debemos seguir buscando una intervención que cree una inmunidad individual duradera si realmente queremos acabar con el VIH”, insistió Marrazzo.
Sin embargo, tiene el potencial de proteger a millones de personas y contribuir significativamente a reducir las nuevas infecciones a los objetivos fijados por ONUSIDA: menos de 370.000 nuevas infecciones en 2025 y menos de 200.000 en 2030.