viernes 27 de diciembre de 2024
El idioma ancestral que resiste el paso del tiempo

"El kakán no es una lengua muerta, sigue viva en nuestra identidad"

Juan Carlos Allosa, cacique diaguita, destacó la vitalidad del kakán y su importancia como parte del patrimonio cultural.

Tras la exitosa charla realizada el martes pasado en la Casa de la Cultura Popular, con sede en el Taller de Alfarería y Cerámica de San Antonio, Fray Mamerto Esquiú, el cacique diaguita Juan Carlos Allosa dialogó con El Ancasti sobre la importancia del idioma kakán como parte del patrimonio cultural de las comunidades diaguitas.

"El kakán no es una lengua muerta," comenzó Allosa. “Aunque los registros históricos nos quieran convencer de lo contrario, el kakán está vivo. No solo en palabras, sino en las historias, los nombres de los lugares y las expresiones que forman parte de nuestra vida cotidiana”.

El cacique diaguita explicó que el kakán, considerado extinto por mucho tiempo, sigue resonando en las comunidades diaguitas que se extienden por 12 provincias argentinas, así como en Chile y Bolivia. Añadió que “la toponimia es un testigo silencioso de nuestra lengua. Palabras como Ancasti, Fiambalá o Tinogasta son legados del kakán, y a través de ellas podemos rastrear su impacto”.

Una lengua ancestral

Allosa narró cómo el kakán fue reprimido durante la colonización española. “A quienes hablaban kakán se los castigaba brutalmente. Incluso se les cortaba la lengua o las orejas para borrar nuestra identidad”, recordó con tristeza, subrayando que a pesar de estos intentos de exterminio, el pueblo diaguita mantuvo su cultura viva en la clandestinidad.

“La lengua no desaparece mientras haya quienes la recuerden y la transmitan,” aseguró. Para ilustrar su punto, Allosa interpretó canciones en kakán, acompañándose de instrumentos tradicionales. Estas melodías, explicó, no solo son manifestaciones artísticas, sino también vehículos de memoria histórica y espiritualidad.

Entre los temas destacados de la charla estuvo la necesidad de promover espacios educativos donde el kakán sea aprendido y practicado. “Si queremos que este idioma sobreviva, debemos enseñarlo a las nuevas generaciones”, dijo. También propuso que se integren contenidos sobre la lengua y cultura diaguita en los currículos escolares.

El público, compuesto por referentes culturales y turísticos, participó activamente con preguntas e inquietudes. Entre ellas, cómo garantizar la continuidad del idioma en un mundo globalizado. Allosa respondió con optimismo: “No necesitamos millones de personas hablando kakán para que viva. Necesitamos comunidades comprometidas, unidas en su preservación”.

Allosa también reflexionó sobre la conexión entre la lengua, la tierra y la lucha por los derechos de los pueblos originarios. “Hablar kakán es también un acto político, una forma de decir que seguimos aquí, que seguimos luchando por nuestra cultura y nuestra tierra”.

Conocido artísticamente como Hualán Lu (Líder de Pureza Blanca), Allosa ha llevado la causa del kakán más allá de los círculos académicos. Ha participado en proyectos musicales, literarios y educativos destinados a recuperar el idioma y promoverlo como un elemento fundamental de la identidad diaguita.

"El kakán está vivo porque nosotros lo mantenemos vivo. “Es nuestra responsabilidad como pueblo asegurar que este legado no desaparezca, para que las generaciones futuras puedan sentir orgullo de sus raíces” concluyó.

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