La Solemne Vigilia Pascual presidida por Mons. Urban marcó el clímax de la Semana Santa con un mensaje de esperanza y resurrección.
El sábado 19 de abril, los catamarqueños se unieron a la Iglesia universal para celebrar la Solemne Vigilia Pascual en la Catedral Basílica y Santuario de Nuestra Señora del Valle. La ceremonia, presidida por el obispo Mons. Luis Urban, comenzó con la bendición del fuego nuevo y la encendida del Cirio Pascual, símbolo de Cristo, Luz del mundo.
Con un templo oscuro, los fieles fueron encendiendo sus velas, simbolizando la luz de la resurrección. Tras el Pregón Pascual, el obispo ofreció una predicación centrada en el triunfo de la vida sobre la muerte, destacando la importancia del sacrificio y el amor de Dios, que se manifestó en la resurrección de Jesús. "La muerte no podía retener al que es la Vida", expresó el obispo, resaltando el llamado a una vida nueva y llena de esperanza.
La liturgia continuó con el rito del Bautismo, donde el obispo bendijo el agua, recordando el sacramento del bautismo. La misa culminó con un canto de alabanza a la Virgen María y la bendición final. Con este acto, la comunidad catamarqueña renovó su fe y esperanza, en un ambiente de profunda devoción.