jueves 20 de marzo de 2025
Crimen de Miguel Ángel Ferreyra

"Una vecina me avisó que mi hijo había acuchillado a Ferreyra"

La declaración de imputada de Mónica Murúa, una de las dos personas involucradas en el asesinato.

Por Marcelo Carabajal. A más de un año del homicidio de Miguel Ángel Ferreyra se conoció la declaración como imputada de Mónica Murúa, una de las dos personas acusadas por el hecho de sangre. Murúa y su hijo, Jorge Castro, están sospechados de haber cometido el asesinato. En la causa, Murúa solicitó ampliar su declaración como imputada y brindó su versión del suceso el 19 de septiembre de 2024. En aquella oportunidad, la mujer mencionó que se anotició a través de una vecina que su hijo había apuñalado a Ferreyra. Ante los investigadores, Murúa declaró que el día del hecho, el 10 de septiembre de 2023, a las 11, ella estaba limpiando su casa, ubicada en el loteo Jalil, Valle Viejo.

“Estaba limpiando el fondo y veo a mi hijo Jorge Castro que ingresa a casa, y al ratito sale de nuevo en su motocicleta. Yo lo vi medio nervioso. Quiero aclarar que en ese momento yo no vi a mi hijo sacar ni llevarse un cuchillo de casa o cualquiera de los otros elementos secuestrados”, dijo. La acusada precisó que “momentos después, como 10 minutos más o menos, mi vecina Norma Castro, la cual estaba arriba del techo de su casa, que es colindante a la mía, me avisa a los gritos que le estaban pegando en el canal a mi hijo Jorge Castro”.

Según Murúa, los agresores eran el “Pitu”, “El Bebe” y Ferreyra. “Yo, al enterarme de esto, agarro un chicote que tenía a mano en casa. (El) chicote es usado por mi esposo para los animales. Y con el chicote me voy rápidamente al canal. Inmediatamente llego y veo muchas personas. No lo veo a mi hijo, pero sí lo veo al ‘Pitu’ y al ‘Bebe’. Yo, cuando llego, me entrevisto con ellos y les recrimino porque lo estaban haciendo cagar a mi hijo. Y ellos me dicen que ellos no habían hecho nada y que me iban a hacer cagar a mí, y ahí es donde le pego chicotazos a ‘Pitu’, ahí se arma una trifulca”, añadió.

De acuerdo con lo que relató Murúa, ahí observó que Castro estaba protagonizando una pelea con Ferreyra. “Ahí veo que a lo lejos se estaba peleando mi hijo con Ferreyra y había mucha gente a la vuelta. Luego, al rato, otra vecina me avisa que mi hijo lo había acuchillado a Ferreyra. Quiero aclarar que durante todo lo que relaté nunca vi que mi hijo haya tenido el cuchillo en sus manos. También quiero aclarar que el día viernes previo a este hecho, yo le realicé una denuncia a Ferreyra porque me fue a amenazar en mi casa diciéndome ‘te voy a matar’. Yo lo veía como drogado ese día a Ferreyra y me hablaba de un casco que, según él, le habría robado mi hijo Jorge Castro, pero que en realidad no era así”, cerró Murúa.

Oposición

El último viernes se realizó la audiencia de oposición de elevación a juicio de la causa en contra de los imputados Castro y Murúa. Por este hecho, Castro está imputado por “homicidio simple en calidad de autor” y Murúa, por “homicidio simple en calidad de partícipe secundaria”. En el acto procesal, la defensa de Castro y Murúa solicitó el sobreseimiento de ambos. La Fiscalía y la querella pidieron que vayan a juicio. Además, la defensa planteó la inimputabilidad de Castro, quien tiene retraso madurativo moderado. El juez de Control de Garantías N° 3, Lucas Vaccaroni, tendrá que resolver todos los planteos que se hicieron en la audiencia. La sentencia de Vaccaroni se conocerá mañana 21 de marzo.

Caso

La investigación estableció, con el grado de probabilidad requerido en esta instancia, que el hecho sucedió el 10 de septiembre de 2023 en la localidad de El Bañado, departamento Valle Viejo. Las pruebas reunidas -testimoniales, inspecciones oculares, secuestros de elementos, pericias varias y registros fílmicos- permitieron reconstruir la secuencia del hecho.

Ese día, alrededor de las 10.15, Ferreyra se encontraba junto a varias personas consumiendo bebidas alcohólicas en la vía pública cerca del canal conocido como “Canal de la Muerte”, en el barrio 140 Viviendas de El Bañado, Valle Viejo. En ese contexto, Castro llegó al lugar en una motocicleta y discutió con la víctima debido a conflictos previos. El enfrentamiento derivó en una pelea a golpes de puño, que fue interrumpida por un testigo.

Castro se retiró del lugar y regresó minutos después a pie, acompañado por su madre. Llevaba consigo dos cuchillos y una pala, mientras que Murúa portaba un látigo.

Al reencontrarse con Ferreyra, Murúa lo insultó e incitó a pelear, al tiempo que le propinaba golpes con el látigo. Un testigo intentó mediar y evitar la agresión interponiendo su motocicleta. La víctima intentó alejarse caminando, pero Castro y Murúa lo alcanzaron en la intersección de calle José Luis de Galarza y una calle sin nombre del barrio 140 Viviendas.

Allí -según se desprende de la investigación-, Castro golpeó a la víctima con la pala, mientras Murúa continuaba atacándolo con el látigo. Finalmente, con Ferreyra ya sin poder defenderse, Castro le asestó una puñalada en el tórax con un cuchillo, provocándole la muerte.

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