lunes 21 de abril de 2025
Editorial

Una de las peores violencias

La naturalización del castigo a los niños es, a esta altura del avance de la civilización, tan insólito como grave. Muchas personas siguen defendiendo la violencia física y psicológica contra las infancias como un correctivo que les ayudará a sus víctimas a ser mejores personas. No solamente es inmoral e ilegal el castigo a niños, niñas y adolescentes, sino que además, lejos de ser correctivo, lo único que hace es propiciar una espiral ascendente de violencia.

Una investigación realizada por Unicef en Argentina da cuenta de que el 12% sigue considerando que los adultos tienen derecho al maltrato físico contra sus hijos. El número viene bajando en los últimos años a medida que se va tomando conciencia de que pegarles o gritarles a los chicos es una de las peores violencias, pero lejos se está de lograr una unanimidad en contra de estas prácticas aberrantes.

Otro dato que arroja el estudio es que solo un poco más de la mitad de los argentinos (el 55%) conoce que el castigo físico está prohibido por ley. En efecto, el artículo 647 de Código Civil y Comercial de la Nación señala textualmente: “Se prohíbe el castigo corporal en cualquiera de sus formas, los malos tratos y cualquier hecho que lesione o menoscabe física o psíquicamente a los niños o adolescentes”. Es una reforma incorporada la década pasada que desplaza definitivamente la noción de “corrección moderada” que el propio Código contemplaba en el viejo artículo 278, que era una justificación del uso de la violencia como método para resolver los conflictos, en este caso en el seno de una familia en la que el victimario tiene poder físico, psicológico y hasta económico respecto de la víctima.

El castigo a niños, niñas y adolescentes, lejos de ser correctivo, lo único que hace es propiciar una espiral ascendente de violencia. El castigo a niños, niñas y adolescentes, lejos de ser correctivo, lo único que hace es propiciar una espiral ascendente de violencia.

La explícita prohibición legal del castigo a niños, niñas y adolescentes logró desterrar la idea, bastante generalizada, de que la crianza de los hijos era una cuestión vinculada exclusivamente al ámbito de lo privado. Luciana Lirman, oficial de Comunicación para el Cambio Social y de Comportamiento de Unicef y coordinadora de la investigación, sostiene al respecto: “En el estudio apareció muy fuerte el hecho de que la crianza es algo del mundo de lo privado. El dato es impactante porque deja a los chicos y a las chicas en un lugar de mucha vulneración, cuando la Ley 26061 de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes habla de un sistema de corresponsabilidad donde el Estado, la familia y todos los miembros de la sociedad tendríamos que tener una responsabilidad sobre esos niños”.

La investigación desarrollada por Unicef tiene el mérito de cuantificar lo lejos que aún estamos en Argentina de tener conciencia respecto de lo nocivo que es el maltrato en la infancia, pero también formula aportes concretos respecto de modos de crianza respetuosos, sensibles y saludables, que todos los padres y adultos que tienen a su cargo niños, niñas y adolescentes deberían aprender a respetar primero y a practicar después.

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