La crecida del Río Ambato dejó un saldo de 12 víctimas. Una noche que se convirtió en un doloroso recuerdo.
La noche del 23 de enero de 2014, la villa veraniega de El Rodeo se preparaba para un evento inolvidable. El artista Abel Pinto se presentaría con un espectáculo y El Rodeo estaba a pleno. Sin embargo, el espectáculo en la memoria colectiva es apenas un dato anecdótico, rodeado por la tragedia. Fue tal vez la noche más oscura para la comunidad rodeína. La crecida del Río Ambato provocó un alud que se cobró la vida de 12 personas.
Pasadas las 22.30 de aquel 23 de enero, la lluvia había comenzado a caer. Sin embargo, no cesaba el ingreso de autos; había entusiasmo por el show del tan reconocido músico. La lluvia continuó y cada vez era más intensa. Pasada la medianoche, se interrumpió el servicio de energía eléctrica. Un trueno se sintió con fuerza. Un ruido pocas veces escuchado por su intensidad causó preocupación. El Río Ambato había crecido.
El alud arrasó el balneario. La casa de la familia Díaz fue asolada por la creciente. El puente carretero también fue arrollado. El río avanzó hasta la zona denominada “puente del mástil”. El puente habría desviado el curso del río a la zona donde se encontraban algunas viviendas. El avance del río devastó las viviendas de las familias Villafáñez y Castiglione. El agua arrastró piedras, rocas inmensas, barro, vehículos; se llevó por delante viviendas y con ellas, recuerdos. También se llevó vidas.
“El Rodeo estaba colmado. No había lugar para quedarse”, había recordado Marcos Vega, ex secretario de Cultura de El Rodeo, cuando se cumplió el décimo aniversario de esta tragedia. Cuando el funcionario comunal fue informado sobre la venida de una creciente muy fuerte, se acercó al Río Ambato para ver la situación. Escuchó un bramido muy fuerte y sintió un fuerte olor a barro. El puente que debía estar ahí, ya no estaba.
La tragedia del alud también caló hondo del otro lado de El Manchao, en Siján, Pomán. En esta localidad se cobró una vida. “La noche que llueve nadie duerme. Se escuchan truenos y la gente se quiere ir”, con esas la palabras los pobladores habían contado cómo viven después del alud que arrasó con el pueblo de Siján la noche del 23 de enero de 2014. Los sijanistos aseguraron tener motivos para sentir temor.
La gente de Siján recordó que meses previos tuvieron “señales” de que “algo malo” iba a pasar. “Ese año no hubo muchos animales y las cosechas no fueron buenas, como sabiendo que se iban a echar a perder”, recordaron.
“Hubo daños económicos. Se perdieron vivienda, fincas y animales, y tuvimos que lamentar una muerte. El barrio 36 Viviendas fue el más afectado y fue borrado del mapa; otras viviendas se recuperaron. En verano, cuando hay tormentas, la gente se quiere ir. El pueblo quedó traumado”, habían comentado.
A finales de 2020, el juez de Control de Garantías, Ramón Porfirio Acuña, resolvió dictar el sobreseimiento para los 13 imputados en la causa por la tragedia de El Rodeo. El magistrado fundamentó, con base a la pericia oficial, que se trató de un "fenómeno natural extraordinario”.
La causa continuó con la presentación de otros recursos. De a poco se iban confirmando los sobreseimientos. En julio último, el juez Correccional de Segunda Nominación, Juan Rosales, había dictado el sobreseimiento total y definitivo por prescripción de la acción penal, a favor de Félix Juan Casas Doering y de Alfredo Vicente Saavedra, ambos imputados oportunamente por presunto “incumplimiento de los deberes de funcionario público”. A la vez, dispuso el archivo de la causa. Al momento de la tragedia, Casas Doering era intendente de la villa veraniega y Saavedra, director de Defensa Civil.
Familia Ahumada
Romina Silva de Ahumada
Daiana Ahumada
Agostina Ahumada
Familia Álvarez
Darío Álvarez
Adrián Libio Álvarez
Emiliano Álvarez
Graciela Contreras de Álvarez
Familia Díaz Mendibe
María Zulma Mendibe de Díaz
Candelaria Díaz Mendibe
Familia Castiglione
María Luisa Castiglione
Dora Gonzales de Castiglione
Ana Carolina Sal Castiglione (cuyo cuerpo aún continúa desaparecido)
