lunes 3 de marzo de 2025
Puñalada mortal en barrio San Ramón

Una escena del crimen limpiada con agua y lavandina y mentiras a la Policía

Esas fueron las acciones de Hilda Maturano y su hijo Diego Bazán, según el fiscal de Instrucción N° 4, Ricardo Córdoba Andreatta. Ambos están acusados por “encubrimiento”.

Por Marcelo Carabajal

El fiscal de Instrucción N° 4, Ricardo Córdoba Andreatta, se encargó de señalar las presuntas conductas delictivas de Diego Bazán y su madre, Hilda Maturano, con las que habrían tratado de encubrir el homicidio de Sergio Mauricio Bazán. Lo hizo en la audiencia de control de detención, ante la jueza de Control de Garantías N° 2, Cecilia Mas Saadi y la defensa de Diego Bazán.

De acuerdo con el relato del hecho que hizo el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), el día del suceso, en los minutos posteriores a las 22.50, Diego Bazán y Maturano, encontrándose en el interior del domicilio donde residen, “previo a un acuerdo de ambos y con claras intenciones de alterar rastros y ocultar elementos provenientes de un hecho ílicito previamente acaecido, homicidio en el que resultó como víctima Sergio Bazán, del cual no habrían participado, a sabiendas de ello, proceden en cumplimiento de las tareas previamente pactadas. Maturano, a limpiar el piso del pasillo tipo galería, baldeando con agua y lavandina el lugar, probable escena del crimen ocurrido. Y Bazán, a manifestarle a Néstor Nicolás Ortega y Rodrigo Alejandro Salas, quienes se encontraban en la morada, que le digan a la Policía que todo había sido afuera”. Es decir, que el asesinato no sucedió en el interior del inmueble en el que viven.

En este contexto, Córdoba Andreatta aseguró en el acto procesal que la Fiscalía “cuenta con pruebas, que son los testimonios de Salas y Ortega. Ambos coinciden en mencionar que Diego Bazán, tramando una estrategia con fines ilícitos, les dice que mientan a la Policía cuando venga (de) que todo había pasado afuera. Esto también lo tengo respaldado con el acta de allanamiento en el lugar. El personal de la División Homicidios, en el domicilio que comparte Diego Bazán con su madre, pone de relevancia que el lugar fue limpiado con agua y lavandina, aparentemente, por los dichos de algún testigo, y de acuerdo con las pruebas que se fueron incorporando”. Para el fiscal, en la causa “hay peligrosidad procesal con respecto al imputado Diego Bazán porque faltan testimonios de incorporar a la causa. Puedo sostener que puede haber una interferencia en los testigos al ser un lugar tan concurrido (la vivienda de Bazán y Maturano)”. Además, añadió que “faltan testimonios por tomar más todo lo que vaya aportando personal de la División Homicidios en su tarea de abocamiento al hecho, el relevamiento de las cámaras”. El abogado defensor de Diego Bazán, Pedro Vélez, dijo que el hecho por el cual se encuentra imputado su asistido “se basa en una mera conjetura de la Fiscalía”. En este sentido, añadió que “no hay ningún elemento de prueba latente.

El supuesto concierto delictivo del imputado con la madre (por Maturano) se basa en una conjetura que no tiene ningún sustento fáctico más que la partida de nacimiento de Diego Bazán, por el hecho de que sabemos que Bazán es hijo de Maturano. No hay ningún elemento de prueba que hable de este supuesto acuerdo previo, concertado, para tratar de borrar rastros o algo en relación al delito”. Para Vélez, se unieron “dos conductas totalmente diferentes e individuales de cada uno”, refiriéndose a Diego Bazán y a Maturano. “En una conjetura del Ministerio Público, sin sustento fáctico, sin ningún testigo que asiente esto, ha supuesto que como son madre e hijo, que por ese motivo se han puesto de acuerdo”, aseguró. El letrado también remarcó que el crimen no sucedió en la casa de Diego Bazán. “Diego Bazán vive en una vivienda que si bien ocupa el mismo terreno, es una vivienda totalmente separada e independiente y aparte de la que ocupa su madre. Está al fondo del terreno.

En esa vivienda no ocurrió nada, no ocurrió el suceso que investiga la Fiscalía, que es la muerte de Sergio Bazán. Por lo cual, si les creemos a Salas y a Ortega, Diego Bazán lo único que les estaba diciendo, es que digan la verdad (a la Policía), que ahí en el interior de la casa de él, en su domicilio, en su vivienda particular, no ocurrió nada, lo cual es perfectamente la verdad”. Vélez profundizó e indicó que “la Fiscalía tiene una hipótesis de trabajo totalmente posible, pero si ocurrió, ocurrió en la casa de la madre o en la entrada de la casa de la madre.

Pero no en la vivienda de Diego Bazán”. El defensor habló sobre las pruebas que están pendientes en la causa y mencionó que la Fiscalía no pudo dar precisiones sobre el peligro procesal que podría representar la liberación de Diego Bazán. “La Fiscalía dice de manera abstracta que quedan muchos testimonios por tomar.

No dice de quién y cómo podrían influir Diego Bazán en eso. (…) Creo que es imposible que Diego Bazán tenga alguna injerencia en el relevamiento de las cámaras. Me imagino que la División Homicidios y la Fiscalía, atento a la gravedad del suceso, se ha perdido una vida humana, ya debe haber relevado las cámaras, haber sacado los datos que tiene que tomar en las inmediaciones de lugar.

Con relación a la peligrosidad procesal, la Fiscalía no nos ha dicho nada. No da un peligro concreto, real, efectivo. Me imagino que, a tantos días del hecho, la División Homicidios debe haber tenido la mínima capacidad para recabar quiénes pueden haber presenciado el suceso o no. Ya estamos a varios días. Esto no es un hurto, es un homicidio (…)”, concluyó.

Solicitudes

En la audiencia, Córdoba Andreatta pidió que se confirme la detención de Diego Bazán. En tanto, Vélez solicitó el recupero de la libertad del acusado. Tras oír los alegatos, Mas Saadi decidió confirmar la detención del sospechoso. En el expediente, está acusado por el delito de “encubrimiento por favorecimiento real en calidad de coautor”. Mas Saadi también confirmó las detenciones de Diego Toledo, acusado por el delito de “homicidio simple en calidad de autor”, presunto autor del crimen; y Marcelo Ariel Quinteros, imputado por “hurto agravado por aprovecharse del infortunio particular de la víctima”. Maturano, una mujer de más de 80 años, acusada por “encubrimiento por favorecimiento real en calidad de coautor”, se encuentra en libertad.

El asesinato de Bazán ocurrió el 22 de marzo, sobre calle Neuquén, en barrio San Ramón, en la ciudad Capital. Para la Fiscalía, Toledo le asestó la puñalada mortal a la víctima en la vivienda de Diego Bazán.

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