La desaparición del pequeño Lian Flores Soraire en la provincia de Córdoba vuelve a colocar en la superficie del debate público el drama de la desaparición de niños, que el año pasado tuvo especial difusión por el caso de Loan Peña en Corrientes.
Hay episodios de este tipo, como los dos mencionados, que tienen amplia cobertura mediática y que por esa razón son muy conocidos a nivel nacional e incluso internacional. Pero las desapariciones de niños son un problema permanente. Según datos de Missing Children Argentina, cada día desaparecen en el país entre 4 y 5 niños, niñas o adolescentes, algo así como 1200 al año.
La mayoría son localizados, pero otros no. Según datos de la mencionada ONG, hay en Argentina 138 chicos que se no se sabe dónde están. Algunos desde hace tiempo que ya han alcanzado la mayoría de edad.
Son muchas las causas de las desapariciones. Por ejemplo, conflictos familiares que ocasionan que los adolescentes decidan alejarse de su casa de un modo voluntario, o problemas de adicciones o el secuestro de uno de los padres u otro familiar. Pero hay razones mucho más inquietantes, como la sustracción de niños con fines de trata de personas u otros más tenebrosos. Son una proporción muy baja respecto del total, pero por su gravedad es que terminan teniendo enorme repercusión, como los casos de Lian y de Loan.
Es importante señalar que es falso que deba esperarse un determinado lapso para realizar una denuncia por desaparición. En el caso de menores de edad, es imprescindible presentarla apenas haya indicios del hecho. Los especialistas sostienen que la primera hora es crucial.
En nuestro país está vigente desde el año 2019 la “Alerta Sofía”, que es un sistema de alerta de emergencia rápida desarrollado por el Ministerio de Seguridad de la Nación. El nombre del sistema alude a Sofía Herrera, la niña que desapareció el 28 de septiembre de 2008 en un camping de Río Grande, en Tierra del Fuego.
“Alerta Sofía” se diferencia de otros sistemas de búsqueda, porque requiere de la participación ciudadana. Se activó desde su creación varias veces, en algunos casos con resultados positivos y otros no. Cuando no da resultados es generalmente porque se activa demasiado tarde, como sucedió en el caso de Loan, en Corrientes, cuando hubo una demora de 48 horas. Se perdió un tiempo crucial.
Las ONG dedicadas a las problemáticas son muy críticas del rol que cumplen las fuerzas de seguridad y la Justicia. Ahora suman una preocupación adicional: una reciente disposición de la Dirección Nacional de Migraciones determina que los menores de edad ya no deberán presentar su DNI para viajar en colectivos de larga distancia que crucen fronteras argentinas, lo que facilita que niños robados puedan ser sacados del país clandestinamente. Un retroceso que contribuye a agravar un problema de por sí muy complejo. n
