Agustina Moreno presentó su primera muestra artística, la que además le dio el título de profesora de Artes Visuales en el ISAC. En una recorrida por 14 obras, como en las estaciones del Vía Crucis, Agustina mostró el calvario que le tocó vivir y el proceso de sanación después de un reconocido hecho de abuso sexual eclesiástico.
Es 19 de diciembre, hace mucho calor y en el Museo Histórico Provincial hay unas 50 o 60 personas esperando la presentación oficial de la muestra que va a empezar con video reflexivo sobre la sanación. En unos momentos, Agustina va a contar que no esperaba tanta gente, va a agradecer a todos los presentes, va a recordar que su caso marcó un antes y un después en la historia de Catamarca, y va a destacar la tarea de la Red de Sobrevivientes de Abusos Eclesiásticos, a quienes homenajeó en una de las instalaciones.
El licenciado Luis Andrés Díaz fue el curador de la obra, y destacó que “Agustina nos comparte su propio calvario”. “Usa tanto el lenguaje bíblico como la metáfora para testificar con mucha sensibilidad y sutileza la aberración que vivió, así como también haber iluminado las sombras de ese trayecto y la obtención de justicia”, destacó.
“Niña indefensa, mujer valiente y artista transformadora. Traduce 14 estaciones en dibujos de tiza pastel que vislumbran sus rezos y su poder superador. Su verbo se hizo carne, necesitó de justicia para que las sombras se vuelvan luz, necesitó de voces para que la suya se escuchara, necesitó valor para entender su verdadera fe, necesitó del arte para habitar entre nosotros”, agregó.
La muestra tiene once obras de tiza pastel, dos instalaciones y una que combina ambas técnicas. Allí se puede recorrer el camino que transitó Agustina en todo los pormenores que atravesó la causa del sacerdote Juan de Dios Gutiérrez, a quien denunció en 2015 junto a su madre, Alejandra Carrizo, y que finalmente fue condenado en 2021. Todas las obras provocan sensaciones especiales en quien las contempla, pero no dejan de conmover las que están inspiradas en los ojos de su madre y en el apoyo de Silvia Barrientos, la abogada que acompañó esta causa y otras más vinculadas a este tipo de denuncias. También hubo espacio para un homenaje al periodismo y su rol en el caso.
“Sombras de la fe” nació además en base los conceptos de Carl Jung sobre las sombras, y una necesidad de “exteriorizarlas”, según contaría después la artista. “Esta muestra no es solo un reflejo de mi esfuerzo y superación, sino también un tributo a los lazos que me han sostenido”, explicó en la presentación.