jueves 6 de febrero de 2025
Editorial

Peligrosa decisión para la salud

El Gobierno nacional tomó ayer la decisión de retirarse de la Organización Mundial de la Salud, una medida peligrosa e inconsulta que vuelve a ubicar a Argentina a contramano del mundo. De esta manera, el presidente de la Nación, Javier Milei, imitó una decisión que Donald Trump había tomado hace pocos días, en un país que no tiene los mismos recursos que los Estados Unidos en política sanitaria.

La Organización Mundial de la Salud depende de Naciones Unidas e inició sus actividades formales el 7 de abril de 1948. A raíz de su fundación, en esa fecha se celebra el Día Mundial de la Salud. Desde siempre, ha sido un faro en materia de políticas sanitarias. Es un organismo que tiene una visión global del avance de enfermedades y estrategias de prevención. Es una institución que legitima también el saber científico y se ha convertido en “palabra santa”.

El vocero presidencial Manuel Adorni expresó que la decisión de retirar a la Argentina de la OMS “se sustenta en las profundas diferencias respecto a la gestión sanitaria durante la pandemia, que junto al Gobierno de Alberto Fernández nos llevaron al encierro más grande de la humanidad”.

Hay que recordar que la aparición del coronavirus en el mercado de Wuhan, China, sorprendió a todo el mundo cuando no existían vacunas ni estrategias de prevención. La OMS avanzó a la par de la desesperación que producía un virus incontrolable. Es cierto que el encierro produjo consecuencias que cinco años después todavía impactan en la economía, en la educación, en la salud mental. La historia dirá si el encierro fue exagerado, pero también es válido preguntarse qué hubiera pasado si la OMS no hubiera actuado frente a esa desazón constituyéndose en la única autoridad válida.

Además, el Gobierno nacional culpa al organismo internacional por actos de corrupción del kirchnerismo que enardecieron los ánimos de la Argentina en plena pandemia: la vacunación a unos privilegiados en medio de la urgencia, la fiesta de Olivos, el despilfarro del Estado en subsidios incontrolables en medio de la emergencia, el dolor de los que no pudieron despedir a sus seres queridos; todas causas atendibles que fueron denunciadas en la Justicia, pero que tuvieron poco avance porque algunas se licuaron con el tiempo y a otras le cayó un manto de piedad. Sin embargo, no parece justo ni adecuado que la reprimenda para aquellos actos desmedidos sea dar un portazo en la OMS.

Milei decide calcar a Donald Trump en un país que tiene menos recursos económicos para enfrentar cualquier crisis sanitaria y con la sola intención de mostrar la osadía libertaria. Además, desfinanció la investigación científica al desmantelar el CONICET y quitó recursos a las universidades nacionales que optan por priorizar la formación superior.

En definitiva, el Gobierno nacional se atreve a tomar riesgos en un momento en el que todavía Argentina enfrenta problemas sanitarios como el dengue.

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