La víctima del hecho, Roxana Murúa, pudo declarar y aportar más información para la causa.
Acusados. Los dos nuevos sospechosos están detenidos.
Los nuevos testimonios que fueron incorporados a la causa del intento de asesinato de Roxana Murúa, que ocurrió en la localidad de El Bañado, Valle Viejo, fueron decisivos para que luego la Fiscalía Penal Juvenil pueda avanzar con la imputación de Facundo Ariel Monasterio y el adolescente de 16 años de edad, los otros dos sospechosos que tiene el expediente.
Así lo consideró el abogado querellante, Pedro Vélez. "Al principio de la investigación, no se pudo recepcionar determinados testimonios que son los que terminaron con la detención de estas dos personas, fundamentalmente el testimonio de mi clienta, la víctima, que en ese momento estaba en estado de coma por la grave y salvaje agresión que había sufrido con grave riesgo para su vida, por lo cual no se pudo tener su versión en los primeros momentos de la investigación. Cuando ya pudo declarar, se le tomó el testimonio", indicó Vélez en diálogo con la prensa.
Vélez remarcó que esto fue posible "a través de un trabajo hecho con bastante seriedad por parte de la Fiscalía Penal Juvenil".
El ataque violento que sufrió Murúa ocurrió el 20 de enero de este año. Alrededor de las 22, Murúa se encontraba en el Salón de Usos Múltiples del barrio 140 Viviendas de El Bañado, San Isidro, Valle Viejo. La mujer se encontraba con su hijo, un chico de 13 años, y su pareja. En ese momento hubo una discusión entre el hijo de Roxana y el adolescente de 16 años -que luego resultó imputado-.
Este último se retiró del lugar y a los pocos minutos regresó en compañía de Márquez, Castro y Monasterio. Los adultos sindicados habrían llegado portando varillas de hierro de construcción en sus manos. Además, Márquez habría llevado consigo un cuchillo “tipo sierrita” entre sus prendas de vestir. Los cuatro sospechosos se habrían dirigido donde se encontraba el chico de 13 años. Entonces, Roxana habría intercedido para defender a su hijo. De acuerdo con el testimonio de algunos testigos, Castro habría golpeado con su puño a Roxana en la mandíbula. En esa agresión, Márquez –su hija- habría cooperado para que la mujer no pudiera defenderse.
Castro habría golpeado a Roxana con un fierro en la nuca y Monasterio también la habría agredido con un elemento similar en la espalda. Aprovechándose de ese momento de indefensión, Márquez habría tomado el cuchillo que llevaba consigo y le habría propinado dos puntazos, uno en la cara y otro en el brazo izquierdo. Luego, le habría dado dos puntazos más. Uno de éstos, en el tórax.
Pese a estar malherida, Castro y Márquez habrían continuado con la agresión. Su hijo habría intentado socorrerla, pero Monasterio y el adolescente de 16 años lo habrían agredido a patadas en el suelo para evitar que el chico socorriera a su madre. Finalmente, la pareja de Roxana intervino y la mujer gravemente herida fue trasladada al Hospital San Juan Bautista. En el nosocomio permaneció internada en la Unidad de Terapia Intensiva con asistencia mecánica respiratoria y con riesgo de vida.
Por este hecho, Castro y Márquez fueron acusadas y desde entonces se encuentran privadas de la libertad. Además, el fiscal Penal Juvenil, Guillermo Narváez, en el marco de la investigación, imputó como presuntos partícipes necesarios a dos sospechosos: Monasterio y el adolescente. El último jueves, el juez Rodrigo Morabito les confirmó la detención a los nuevos acusados. Monasterio fue trasladado al penal de Miraflores y el chico, al Centro Juvenil Santa Rosa.
La Cámara de Apelación Penal Juvenil -presidida por Morabito- confirmó la prisión preventiva para Castro y Márquez, madre e hija respectivamente. Márquez fue imputada por la posible comisión del delito de “homicidio calificado por alevosía en grado de tentativa en calidad de autora”. En tanto, Castro, Monasterio y el adolescente fueron acusados por el mismo delito pero como partícipes necesarios.
