Marcelo Macarrón, el viudo de Nora Dalmasso, la mujer asesinada en la ciudad cordobesa de Río Cuarto en 2006, y su hija Valentina se sumaron como querellantes en el caso que investiga el crimen. Así lo confirmó en diálogo con la Agencia Noticias Argentinas, la abogada Mariángeles Mussolini, quien explicó: "Marcelo y Valentina se constituyeron como querellantes bajo la representación del asesor Gustavo Liebau".
"Por una cuestión técnica en una misma querella no puede haber dos abogados, así que armamos dos querellas diferentes", sostuvo la letrada, a la vez que recalcó: "Estamos trabajando en el mismo sentido".
La Justicia investiga a Roberto Bárzola, sospechoso de ser el autor material del homicidio, luego de que se descubriera un ADN compatible con sus huellas genéticas recolectadas en la bata y en el cuerpo de la víctima. El hombre, quien se desempañaba como pulidor de pisos en la vivienda de la familia, fue imputado por abuso sexual seguido de muerte, aunque se negó a declarar.
La defensa de Bárzola solicitó la prescripción por el tiempo transcurrido desde noviembre de 2006. La mujer fue encontrada desnuda en el dormitorio de su hija y según la autopsia, el asesino dejó marcas de sus dedos en el cuello de la víctima a quien asfixió por compresión manual, además de haberla estrangulado con el lazo de su bata.
Investigación
En diciembre último, la Unidad Fiscal Especial de Río Cuarto informó que el perfil genético de Roberto Bárzola es compatible con las huellas colectadas en el cinturón de la bata con el que Nora Dalmasso fue asfixiada hasta la muerte. Esto no es todo: también su ADN coincidía con el vello púbico hallado en la zona inguinal de la víctima.
Hasta aquí, es muy probable que estas pruebas resulten concluyentes acerca de la autoría del crimen cometido el 25 de noviembre de 2006, en el country Villa Golf, en esa ciudad de Córdoba.
En 2022, Macarrón fue juzgado por el femicidio de Nora pero fue absuelto. “No la mató Macarrón, ni la mató un sicario. La mató una sola persona. Un hombre conocido por ella que lo más probable es que la haya estado esperando”, explicó el funcionario del Ministerio Público.
De testigo a acusado
Lo sorprendente es que Bárzola había desfilado por la sala como testigo. Hasta ese momento, ninguno de los fiscales había ordenado que el parquetista sea sometido a una extracción de ADN para cotejo, pese a los pedidos de la querella y la defensa. Tras la absolución de Macarrón, Rivero, que había notado que había puntos claves que no habían sido profundizados por sus colegas en las etapas previas, solicitó al Tribunal que la investigación continúe en esa vía.
Por derivación, la causa llegó a las manos de Pablo Jávega, quien resolvió, en septiembre de 2023, realizar un mapeo o barrido genético de todos aquellos que fueron testigos e imputados durante el proceso. Dentro del grupo estaba Bárzola. Las muestras fueron analizadas y por primera vez, se identificó el rastro genético desconocido: pertenecía, según el nuevo informe, al parquetista. La evidencia lo ubicó en la escena y puso en sus manos el arma del crimen. No solo detectaron su linaje en el cinto, también determinaron que el vello hallado sobre el cuerpo le pertenecía.