De acuerdo con una encuesta sobre la situación política de Catamarca que publicó Clarín, el 57,7% de los catamarqueños considera que el Gobierno provincial debe mantener con la Casa Rosada una relación “buena, pero con independencia” y el 25,9% que debería aliarse. Contra este 83,6%, solo un 12,5% opina que tendría que asumir un rol opositor.
El estudio, realizado por la consultora Aresco de Federico Aurelio, marca que el oficialismo local tiene razones adicionales a las económicas para sostener un vínculo armónico con la administración de Javier Milei. Tal posicionamiento refleja también la opinión mayoritaria del electorado catamarqueño, con un matiz importante: solo un cuarto de los consultados se inclina por una alianza, mientras que cerca del 60% estima conveniente mantener la autonomía.
El sondeo sobre la opinión de la gente es similar al de la percepción que tiene sobre el estado actual del vínculo Provincia-Nación. Para un 52,2% es “bueno, pero con independencia”, para un 21,1% constituye una alianza y solo un 13,2% ve al Gobierno provincial como “opositor” a Milei.
Otro punto de la encuesta se proyecta al plano electoral. Un 35,3% votaría el año que viene motivado por respaldar a Milei y un 22,5% para oponerse a él. En el plano provincial, un 21,8% lo haría para apoyar la gestión de Raúl Jalil y sólo un 8,1% para oponérsele.
Las cifras abonan la idea, que gana cada vez más adeptos entre la dirigencia oficialista, de trabajar en la conformación de una fuerza con acento en la identidad provincial, que amplíe los márgenes de maniobra en una escena nacional signada por la incertidumbre. “Alambrar” la provincia: construir un instrumento electoral adecuado para canalizar la opinión mayoritaria a favor de la “independencia” que con tanta claridad surge del sondeo de Aurelio y, al mismo tiempo, neutralizar fugas hacia la alternativa libertaria.
Más allá de estas conjeturas, no parece que la relación con la administración libertaria en estos diez primeros meses le haya provocado al Gobierno perjuicios en términos de consenso electoral.
Otra encuesta publicada por Clarín, de CB Consultora Opinión Pública, midió la imagen de los 24 gobernadores.
“La tabla se ordena según la valoración positiva del gobernador y se divide en tres: los mejores, los del medio y los peores. En los dos primeros grupos, los 16 dirigentes terminaron con balance de imagen a favor. Los 8 restantes tuvieron en cambio balance en rojo”, señala el matutino.
El chubutense Ignacio Torres, que acaudilla con otros mandatarios un movimiento tendiente incrementar el peso institucional de representaciones que reflejen los intereses provinciales en el Congreso, encabeza la tabla con un 63,2% de positiva y 33,9% de negativa.
Jalil está en el lote del medio, con 55,8% a favor y 41,9% en contra.
Este sondeo se hace todos los meses y sus resultados son fluctuantes. Sin embargo, puede señalarse como una constante el hecho de que los mandatarios provinciales mantienen en su gran mayoría buenos niveles de aceptación. De hecho, solo ocho registraron más imagen negativa que positiva en el último estudio.
Esto induce a los mandatarios y sus esquemas a tratar de distanciarse de los conflictos del área metropolitana, cuyos dirigentes buscan, de cara a las elecciones de medio término, recuperar las riendas en el interior que perdieron con el fenómeno Milei.
Con la hermana del Presidente, Karina, como armadora, La Libertad Avanza trabaja para capilarizar estructura en las provincias. Martín Lousteau, esperanza del radicalismo porteño, sufrió un severo traspié con la derrota en las internas por la presidencia del partido de Provincia de Buenos Aires. CFK va por el PJ Nacional.
Todos pretenden meter mano en las listas para el Congreso. Encuestas en mano, los jefes territoriales resisten la reacción metropolitana.
