lunes 7 de octubre de 2024
Cara y cruz

El PJ como sucursal del Instituto Patria

El Partido Justicialista de Catamarca expresó su adhesión y acompañamiento a Cristina Kirchner para presidir el PJ Nacional.

Como no hubo información sobre debates previos a la decisión, el respaldo atribuido a “dirigentes, afiliados y militantes” debe haber sido deducido de consultas informales realizadas por la senadora Lucía Corpacci, titular del partido local. Le urgía sumarse al “operativo clamor” iniciado en la Provincia de Buenos Aires.

“Como líder y abanderada del peronismo, como mujer que ha entregado su vida entera sin claudicar jamás por la grandeza de la Patria y el bienestar de los argentinos, es la conductora natural de un movimiento que hoy más que nunca tiene la responsabilidad de devolverle la felicidad el pueblo. Unidos, con la Bandera Argentina como único emblema iniciemos el 17 de noviembre junto con Cristina el camino para recuperar definitivamente los valores de la Justicia Social, la Soberanía Política y la Independencia Económica”, dice la proclama catucha.

De la mano de Corpacci, la orgánica del PJ local se suma así a la operación tendiente a convertir la estructura del partido en dispositivo profiláctico de Cristina Kirchner. Recluido en la Provincia de Buenos Aires, con severas dificultades para enfilar a gobernadores e intendentes con sus propósitos, el kirchnerismo busca apoderarse de los resortes partidarios para condicionar el juego electoral del PJ en las provincias el año que viene. Es decir: Cristina Fernández de Kirchner adquirirá con la presidencia del PJ nacional herramientas que eventualmente le serían útiles para conseguir por vía burocrática lo que no pueda por ejercicio político.

El retroceso es indisimulable. Cristina no está en condiciones de potenciar un sello del tipo de “Unidad Ciudadana”, que le permitió intervenir en varios distritos en las elecciones de 2017 y sostener consistencia. El Instituto Patria no le sirve para eso.

La otrora todopoderosa líder busca ahora proyectarse desde una estructura partidaria que siempre despreció, a la que se convocaba solo para darle algún viso de institucionalidad a decisiones ya tomadas.

¿O consultó Cristina al PJ cuando designó a Alberto Fernández candidato a Presidente, con ella misma como vice?

Tampoco se recuerda que estimulara debates partidarios para congeniar posiciones respecto del Gobierno de Alberto, a quien esmerilaba personalmente o a través de los artilleros de La Cámpora sin necesidad de los artificios partidocráticos que ahora parecen interesarle tanto. El “operativo clamor” adquiere ribetes fantochescos con la insistencia del gobernador riojano Ricardo Quintela en competir por la conducción partidaria.

Es evidente que su rol, consciente o no, es el de “sparring” para dotar de alguna credibilidad a las obvias imposturas. Quién sabe: capaz que concurre a la interna para aparentar que Cristina le gana a alguien la manija o se escenifica un acuerdo de último momento para darle un lugar visible en la conducción cristinista, que así podría de paso presumir de federal.

Por decisión de Lucía Corpacci, el Partido Justicialista de Catamarca presta su anuencia para convertir al PJ Nacional en sucursal del Instituto Patria. Se pliega a la estrategia de la dirigencia bonaerense que condujo al peronismo y a todo el país al desastre.

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