La designación por decreto del juez Ariel Lijo y el abogado Manuel García-Mansilla en la Suprema Corte de Justicia coloca en una encrucijada a los tres miembros kirchneristas de la comisión de Acuerdos del Senado que el 12 de febrero pasado firmaron el dictamen favorable al primero: la catamarqueña Lucía Corpacci, el sanjuanino Sergio Uñac y la santiagueña Claudia Ledesma Abdala de Zamora.
Son tres exgobernadores. El kirchnerismo los adelantó para completar las nueve firmas necesarias para sacar el despacho en el marco de las tratativas con el orden libertario, preservando a los otros brazos que tiene en la comisión: Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), José Mayans (Formosa), Juliana Di Tullio (Buenos Aires) y Alicia Kirchner (Santa Cruz).
Ante la avanzada de Milei, el bloque kirchnerista se prepara para cumplir la advertencia de rechazar los nombramientos en comisión que Mayans le hizo al jefe de Gabinete, Guillermo Francos, en noviembre del año pasado. El número que necesita para hacerlo es de solo 25 senadores, está en condiciones de reunirlo, pero habrá que ver si cumple.
Hasta el cierre de esta edición solo circulaban trascendidos de que el sector considera la maniobra inconstitucional, oportunista y dañina, pero no había una posición oficial concreta. Hay que tener en cuenta, además, que tampoco el PRO macrista está de acuerdo con las designaciones por decreto.
Si bien el kirchnerismo rechaza también a García-Mansilla porque tiene opiniones contrarias al aborto y las políticas de género y, además, la Corte quedaría integrada solamente por hombres, el que más resistencias genera es Lijo, emblema de los controvertidos tribunales de Comodoro Py, que recibió un inédito alud de objeciones morales y técnicas.
La primera firma favorable a la aprobación del piego de Lijo que se conoció fue la de Corpacci, en noviembre del año pasado. Las Uñac y Ledesma de Zamora recién aparecieron con el despacho oficializado, hace dos semanas.
En la línea de fuego, Corpacci explicó que había firmado el dictamen para impedir que acceda a la Suprema Corte “alguien peor”, a lo que sumó el argumento de género para justificar la reticencia a García-Mansilla.
“Aunque uno pueda ver algunas cosas, yo no tenía cuestionamientos que me impidieran apoyar el pliego (de Lijo), salvo éste (que debía ser para una mujer). Después llegó el otro pliego y era otro hombre (por García Mansilla), se intentó avanzar con la posibilidad de que fuera una mujer pero no se logró y yo ya había asumido el compromiso de que si eso no se daba antes de fin de año, iba a acompañar”, contó.
La senadora negó haber recibido instrucciones de Cristina Kirchner, aunque sí sugerencias del gobernador Raúl Jalil, y subrayó que la Justicia “está llena de cuestionamientos y de gente que cuando llegó parecía intachable y después mantuvo una actitud distinta”.
“Creo que los que pueden venir detrás pueden llegar a ser peores. Ahora no hay otra propuesta y creo que no va a haber otra propuesta. También creo que la Corte así como queda no puede seguir funcionando”, explicó.
También dijo que tenía información de que si no se aprobaba el pliego de Lijo podía “llegar alguien que sea mucho más preocupante”.
¿Qué hará la senadora catamarqueña si el kirchnerismo va ahora en contra del decreto de Milei?
Puede cambiar de opinión y acatar la decisión del bloque o mantener su estrategia de evitar que la Suprema Corte se degrade con el ingreso de “alguien peor” que Lijo. O ausentarse, total hacen falta solo 25 votos para rechazar el decreto de Milei. n