miércoles 18 de septiembre de 2024
Cara y Cruz

Cincha a las provincias

Javier Milei respondió lapidario al reclamo de los gobernadores por el pago de las deudas y la normalización de los giros nacionales y una distribución más equitativa de los recursos fiscales: tienen que ajustar sus gastos en 60 mil millones de dólares para contribuir al déficit cero.

“Esta guerra que llevamos adelante contra el gasto público y el costo argentino se pelea en todas las dimensiones del Estado. Para eso, a los gobernadores les digo: cumplir el compromiso de bajar el gasto público consolidado a 25 puntos del PBI requiere que las provincias en su conjunto hagan un ajuste adicional de 60.000 millones de dólares. Nosotros ya hemos cumplido nuestra parte. Ahora faltan ustedes”, les contestó al presentar el Presupuesto 2025 ante al Congreso.

Según dijo, el Estado nacional ya ejecutó una reducción del gasto de 90.000 millones de dólares. El mensaje a los caciques provinciales tuvo ribetes recriminatorios, que se complementaron con la distribución de responsabilidades que había establecido unos párrafos antes.

La Nación, dijo el Presidente, sólo debe garantizar la estabilidad macroeconómica, gestionar las relaciones exteriores y asegurar el imperio de la ley. Del resto se encarga “el mercado o los estados subnacionales”. O sea: son los gobiernos provinciales y municipales los que deben cubrir las demandas que el mercado no considere rentables. Educación, salud, servicios, seguridad, por ejemplo.

Si los gobernadores no cumplen con el ajuste demandado, les advirtió que serán sancionados por el electorado.

“Yo no vine a guiar corderos, sino a despertar leones. Si no lo han visto, o no lo quieren ver, los leones han despertado”, dijo.

El pasaje fue la réplica al planteo que los 23 gobernadores hicieron en forma unánime el martes, desde el Consejo Federal de Inversiones, que enmarcaron en el debate por el Presupuesto para anticipar que las provincias “buscarán los instrumentos adecuados para poder afrontar sus responsabilidades, tal como establece la Constitución Nacional, con los recursos correspondientes”.

El aviso fue acompañado con el pedido de que la Nación se ponga al día con lo que consideran incumplimientos: financiamiento para obra pública, caída de las transferencias corrientes, deudas con las cajas previsionales no transferidas.

Entre esos reproches se destacó el referido al Fondo Compensador del Transporte, que “se financia en forma específica a través del Impuesto a los Combustibles y que, sin embargo, se ha interrumpido”. Aunque prescindan de la retórica bélica presidencial, los mandatarios marcaron un robo: la Casa Rosada se queda con toda la recaudación que debería compartir con las provincias y lo administra a discreción.

De tal manera, la discusión por el Presupuesto del año que viene devuelve la tensión que signó el largo derrotero de la Ley Bases y el Paquete Fiscal: cómo se repartirá el esfuerzo del ajuste entre la Nación y las provincias.

La gran pregunta es cómo responderán los gobernadores al planteo de Milei, porque la restricción de las transferencias por fuera de la coparticipación a las provincias es uno de los componentes principales del ajuste que el Presidente atribuye exclusivamente a la Nación.

La gestión política de los mandatarios sobre sus brazos en el Congreso fue central para destrabar la Ley Bases y nada ha cambiado tanto como para suponer que no lo será para el Presupuesto, mucho más después de esta exigencia presidencial.

La admonición de Milei a los legisladores nacionales bien podría trasladarse a los mandatarios.

“Hay dos opciones: hacer lo contrario que venimos haciendo y dejar todo como está, en el sistema putrefacto. Será la ciudadanía quien los coloque en la avenida de los justos o en la esquina de las ratas miserables que apostaron contra el país y su gente”.

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