jueves 17 de octubre de 2024
Editorial

Changas para sobrevivir

El veto dispuesto por Javier Milei a la ley que aumentaba el monto de los haberes del sector pasivo no es la única mala noticia que recibieron los jubilados y los pensionados en los últimos tiempos. Esta semana se conocieron dos informaciones que son perjudiciales para el sector, o para los que aspiran a integrarlo. Una de ellas señala que el bono de 70.000 pesos que reciben, y que se empezó a pagar el año pasado, se mantendrá el año que viene, pero sin actualización. Así lo señaló el titular de la ANSES, Mariano de los Heros, durante su exposición ante la comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados de la Nación. Es decir, mes a mes se reducirá la capacidad de compra de ese adicional porque el monto se mantendrá inalterable pese a la inevitable suba inflacionaria.

Otra mala noticia, en este caso para los que aspiraban a jubilarse con la moratoria previsional, es que ésta dejará de tener vigencia, por disposición del actual Gobierno nacional, en marzo de 2025. El régimen le permite a personas que han trabajado toda su vida pero que no tenían la cantidad mínima de años de aporte previsional prevista por la ley porque trabajaron en negro, acceder a jubilarse y saldar la deuda mientras cobran el beneficio.

El sector pasivo es uno de los que más ha sido perjudicado por el plan económico de ajuste implementado por Javier Milei. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en septiembre de este año el 35,7% de los jubilados vivía en la pobreza. En septiembre del año pasado, era del 17,9%. Las cifras oficiales dan cuenta también de que se triplicó la cantidad de jubilados que viven en la indigencia, pasando del 1,8% en el primer trimestre de 2023 al 6,6% en el mismo periodo de este año.

El proceso de pérdida del poder adquisitivo de los haberes jubilatorios se viene verificando desde el gobierno de Mauricio Macri, continuó durante el gobierno de Alberto Fernández y con la actual gestión. Por esta razón, no son pocos los jubilados y pensionados que deben continuar trabajando, pese a su edad, para contribuir con ingresos adicionales que les permitan subsistir.

Un informe del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina consigna que un tercio de los mayores de 60 años realiza trabajos temporales o “changas” por necesidad. Las cifras revelan un deterioro en sus condiciones de vida, una situación de inseguridad alimentaria y de falta de acceso a atención médica adecuada a raíz de la insuficiencia de ingresos.

La dramática situación socioeconómica que vive una alta proporción de los adultos mayores requiere de una atención especial, que se relaciona concretamente con una recomposición de sus ingresos y mayores facilidades en el acceso a la salud pública, que se ve restringida por la caída en los haberes pero también por restricciones originadas en la búsqueda de un equilibrio fiscal que se asienta sobre las necesidades vitales de un amplio sector de la población.

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