viernes 25 de abril de 2025
El hecho de violencia sucedió en enero en Valle Viejo

Agresión en El Bañado sumó dos nuevos imputados, un adulto y un adolescente

María Eugenia Castro y María Gilda Márquez están detenidas. La Cámara de Apelación Penal Juvenil confirmó la prisión preventiva.

La violenta agresión que en enero último sufrió Roxana Murúa sumó dos nuevos imputados. Por este hecho, María Eugenia Castro y María Gilda Márquez fueron acusadas y desde entonces se encuentran privadas de la libertad. Además, el fiscal Penal Juvenil Guillermo Narváez, en el marco de la investigación, imputó como presuntos partícipes necesarios a dos sospechosos: Facundo Ariel Monasterio y un adolescente de 16 años –sus datos se resguardan por tratarse de un menor-. Ayer, el juez del fuero especializado Rodrigo Morabito les confirmó la detención a los nuevos acusados. Monasterio fue trasladado al Servicio Penitenciario Provincial, en Capayán, y el chico, al Centro Juvenil Santa Rosa.

Recientemente, la Cámara de Apelación Penal Juvenil –presidida por Morabito- confirmó la prisión preventiva para Castro y Márquez, madre e hija respectivamente. Márquez fue imputada por la posible comisión del delito de “homicidio calificado por alevosía en grado de tentativa en calidad de autora”. En tanto que Castro, Monasterio y el adolescente fueron acusados por el mismo delito pero como partícipes necesarios.

En el marco de la investigación, tras la nueva prueba aportada y los nuevos sindicados en la participación de este hecho de sangre, se dieron a conocer nuevos detalles sobre cómo se habría producido el violento hecho de sangre contra Roxana Murúa. Ante la nueva evidencia, el fiscal Penal Juvenil consideró oportuno modificar el decreto de determinación del hecho, a fin de evitar posibles nulidades y, a la vez, garantizar derechos de los acusados en el ejercicio de su defensa.

Según se detalló, el 20 de enero, alrededor de las 22, Roxana Murúa se encontraba en el Salón de Usos Múltiples del barrio 140 Viviendas de El Bañado, San Isidro, Valle Viejo. La mujer se encontraba con su hijo, un chico de 13 años, y su pareja. En ese momento hubo una discusión entre el hijo de Roxana y el adolescente de 16 años –que luego resultó imputado-. Este último se retiró del lugar y a los pocos minutos regresó en compañía de Márquez, Castro y Monasterio. Los adultos sindicados habrían llegado portando varillas de hierro de construcción en sus manos. Además, Márquez habría llevado consigo un cuchillo “tipo sierrita” entre sus prendas de vestir. Los cuatro sospechosos se habrían dirigido donde se encontraba el chico de 13 años. Entonces, Roxana habría intercedido para defender a su hijo. De acuerdo con el testimonio de algunos testigos, Castro habría golpeado con su puño a Roxana en la mandíbula. En esa agresión, Márquez –su hija- habría cooperado para que la mujer no pudiera defenderse. Castro habría golpeado a Roxana con un fierro en la nuca y Monasterio también la habría agredido con un elemento similar en la espalda. Aprovechándose de ese momento de indefensión, Márquez habría tomado el cuchillo que llevaba consigo y le habría propinado dos puntazos, uno en la cara y otro en el brazo izquierdo. Luego, le habría dado dos puntazos más. Uno de éstos, en el tórax.

Pese a estar malherida, Castro y Márquez habrían continuado con la agresión. Su hijo habría intentado socorrerla, pero Monasterio y el adolescente de 16 años lo habrían agredido a patadas en el suelo para evitar que el chico socorriera a su madre. Finalmente, la pareja de Roxana intervino y la mujer gravemente herida fue trasladada al Hospital San Juan Bautista. En el nosocomio permaneció internada en la Unidad de Terapia Intensiva con asistencia mecánica respiratoria y con riesgo de vida.

Fuero de atracción

En un primer momento, Castro y Márquez fueron sindicadas. La investigación estuvo a cargo de la fiscal de Instrucción de Tercera Nominación, Valeria Reyes. Sin embargo, uno de los testimonios sindicó al adolescente. Dada esta situación, la fiscal remitió el expediente al Tribunal Penal Juvenil.

El artículo 19 de la Ley Provincial 5544 de Régimen de Responsabilidad Penal Juvenil establece que éste ejercerá como fuero de atracción sobre todas aquellas causas en las que se encuentren imputados o procesados adolescentes de edad punibles al tiempo de acaecimiento de los hechos tipificados como delitos, y en aquellos en los que se les hubiera atribuido responsabilidad penal en forma conjunta con personas mayores de edad. Así, al chico no se le vulnerarán sus derechos por tratarse de una persona menor de edad. En tanto que los adultos serán procesados, en un fuero especializado para adolescentes, pero tratados como adultos. Es decir, se realiza un abordaje desde lo particular a lo general.

A mediados de febrero, el juez Penal Juvenil Fabricio Gershani Quesada confirmó la prisión preventiva para Castro y Márquez. El magistrado había considerado, tras escuchar a las partes, el modo en el que se habría cometido el hecho, la calificación legal y su escala penal que no admite la posibilidad de una condena en suspenso. En la audiencia, también se habría advertido los antecedentes penales de las imputadas y la existencia de riego procesal irrefutable y comprobado.

Víctima e imputadas, del mismo barrio

El abogado del foro local Jorge Iván Godoy representa en la defensa a los cuatro imputados por este hecho. El defensor había apelado la prisión preventiva resuelta por el juez Penal Juvenil Gershani Quesada. La Cámara de Apelación Penal Juvenil, presidida por Morabito, confirmó esta resolución.

“Debo advertir que existen elementos de convicción suficientes para sostener como probable la participación punible de ambas imputadas, por lo que la prisión preventiva ha sido correctamente dictada. No sólo el delito que se imputa es grave, sino que existen además al menos dos indicadores de peligrosidad procesal de importancia que habilitan la medida de coerción cuestionada; me refiero a la proximidad entre las viviendas de la víctima y las imputadas, ya que son del mismo barrio y, por el otro, el intento de ambas imputadas de eludir la acción de la justicia durante los primeros momentos de la investigación al subirse en un automóvil y ocultarse en otro domicilio del que habitan”, destacó el magistrado del fuero especializado.

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