Los carnavales llegaron a su fin en la pintoresca villa de Mutquín, en el departamento Ambato, con una celebración llena de color, tradición y alegría. El aroma a albahaca, la harina en el aire y el inconfundible sonar de las cajas marcaron el cierre de una de las festividades más esperadas por la comunidad.
Durante los días de festejo, la villa, ubicada en lo más alto del Cerro Manchao, se convirtió en un escenario vibrante donde vecinos y visitantes compartieron la música, los bailes y las costumbres que hacen de este carnaval un evento único en la región. Las comparsas, los copleros y los tradicionales juegos con agua y harina fueron protagonistas de una fiesta que honra la identidad y el espíritu carnavalero de Mutquín.
El cierre de la celebración no fue la excepción. Con un desfile de comparsas, música folclórica y la alegría desbordante de los presentes, la localidad despidió su carnaval con la promesa de volver a encontrarse el próximo año para renovar esta tradición.
