jueves 28 de marzo de 2024
EDITORIAL

Lo que sobran son las dudas

El caso del crimen de las hermanas Trinidad y Petrona Barrionuevo reactualizó un problema que, aunque si bien pocas...

Por Redacción El Ancasti
El caso del crimen de las hermanas Trinidad y Petrona Barrionuevo reactualizó un problema que, aunque si bien pocas veces toma estado público, debería preocupar a las fuerzas de seguridad y a los funcionarios encargados de impartir justicia: los escasos recursos, humanos y materiales, que existen en la provincia para la realización de peritajes en casos de homicidios, robos o accidentes.

De Criminalística dependen las áreas de Planimetría, Fotografía, Accidentología, Documentología, Balística, Mecánica y Toxicología y Química legal y Papiloscopía. Pero hay pocos profesionales para muchos casos.
Los asesinatos de La Merced, como otros cometidos en los últimos años, quedarán probablemente impunes por problemas en la recolección de las pruebas periciales. La falta de contundencia de este tipo de pruebas en el caso de las hermanas Barrionuevo fue la causa de que dos de los jueces absolvieran al único imputado por el beneficio de la duda. Y hasta una de las querellas se inclinó también por liberar al acusado.

El problema con las pericias científicas en caso de homicidios, que también son evidentes en robos y accidentes, llevó a que el propio presidente del Tribunal se quejara a viva voz en una de las audiencias.

En efecto, el juez Rodolfo Bustamante increpó a uno de los peritos que prestaba testimonio: "por qué no se encuentran pruebas”, le dijo, tras lo cual fue más explícito aún: "En el 99% de las causas que llegan a debate en esta sala, nunca lograron obtener pericias contundentes”.  

Quienes conocen de cerca el trabajo de los peritos, aseguran que el recurso humano es idóneo, pero muy escaso y sin los recursos materiales necesarios para efectuar un trabajo profesional. Por ejemplo, cuentan con un solo móvil para cubrir toda la provincia, a excepción de Santa María y Recreo, que tienen sus propios equipos.

Pero además carecen de equipos de alta complejidad para realizar los trabajos de modo acorde al desarrollo actual de la tecnología en la materia. Hace unos años, desde Nación se envió a la Corte de Justicia provincial equipamiento de avanzada, con el que se montó un laboratorio en el edificio del Hospital de Villa Dolores. Sin embargo, éste no está funcionando aparentemente por la carencia de otros elementos indispensables.

Hasta no hace mucho, cuando se producía un accidente en horas de la noche era muy común observar a los peritos trabajando con linternas. No hace falta explayarse demasiado en el asunto para que el lector entienda que peritar en esas condiciones no garantizaba la calidad de los datos obtenidos. Luego se compró un grupo electrógeno para alumbrar la escena del accidente, pero no se utiliza en todos los casos probablemente por la escasez de vehículos para transportarlo.

La precariedad con la que trabajan los peritos del área de Criminalística conspira con la calidad del servicio de justicia. La Corte y las autoridades del área de Seguridad de la provincia deberían asumir como desafío incrementar la cantidad de personal y mejorar la calidad y complejidad de los recursos materiales necesarios, para que a la hora en que los jueces dictan sentencia, no haya dudas razonables sino certezas.
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